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¿A qué esperan los directivos para bajarse el sueldo un 25%?
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Carlos Sánchez

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¿A qué esperan los directivos para bajarse el sueldo un 25%?

Les recomiendo una lectura. El último número de la Revista de Bolsas y Mercados españoles. Admito que no se trata de la literatura ideal para llevarse

Les recomiendo una lectura. El último número de la Revista de Bolsas y Mercados españoles. Admito que no se trata de la literatura ideal para llevarse a la playa o al campo en un largo puente de mayo, pero estoy convencido de que les servirá para hablar con sus amigos de algo que está muy de moda: la refundación del capitalismo. Un término acuñado hace algunos meses por el presidente Sarkozy, pero que tiene más de márketing político que de una verdadera reflexión sobre el sistema económico.

La revista dice dos cosas. La primera, que los beneficios de las empresas cotizadas cayeron un 25% en 2008. Como se ve, un porcentaje considerable que deja a las claras la intensidad del ajuste. La segunda es mucho más sorprendente. Revela la citada publicación que las empresas que cotizan en Bolsa pagaron a sus accionistas 11.198 millones de euros en concepto de dividendo durante el primer trimestre de este año. Es decir, nada menos que el doble que en idéntico periodo de 2008.

La cantidad es prodigiosa, pero tiene truco. Si se excluyen los más de 6.200 millones de euros que repartió Endesa a sus accionistas en concepto de dividendo extraordinario, el incremento es del 1,55%.

La tasa de variación puede parecer pequeña, pero hay que tener en cuenta algo más que un detalle. Como dicen los autores del informe, los resultados empresariales “comienzan a mostrar la crudeza de la crisis”. Sin embargo, y pese a ello, los gestores de las grandes compañías cotizadas han decidido mantener la retribución al accionista. Es decir, han preferido mirar para otro lado, como si la recesión no fuera con ellos. La conclusión no puede ser otra. La rentabilidad por dividendo se ha disparado de forma estratosférica, y hoy “este reclamo es uno de los principales atractivos de la renta variable española”.

Habrá quien piense que este comportamiento es normal como la vida misma. Los grandes gestores, en aras de evitar que la cotización de sus empresas se despeñe en Bolsa, mantienen o, incluso, incrementan su política de dividendos. A primera vista -y en términos particulares- no hay nada que objetar, pero si el asunto se ve desde la óptica del interés general, las cosas son muy distintas.

Una mala noticia

El hecho de que las empresas cotizadas renuncien a fortalecer sus recursos propios es una mala noticia. Básicamente porque se convierten en compañías más débiles, y, por lo tanto, más expuestas al ciclo económico. Dicho de una manera mucho más cruda, se ven obligadas a desprenderse de parte de sus plantillas o a reducir sus inversiones con el objetivo de mantener sus ratios de rentabilidad. Es decir, pan para hoy y hambre para mañana.

No estará de más, por ello, que a algunos gestores le hicieran llegar un célebre teorema diseñado hace medio siglo por los premios Nobel Modigliani y Miller, quienes demostraron que en mercados de capitales que se comportan de una forma óptima, el valor de las compañías no reside -precisamente- en su capacidad de distribuir dividendos, sino en su capacidad para generar proyectos de inversión con los que garantizarse ingresos futuros. A largo plazo, decían Modigliani y Miller, esto es realmente lo que hace rentable a las compañías, por lo que es indiferente su política de dividendos.

Es evidente que los mercados de renta variable no son perfectos, lo que les obliga a las compañías cotizadas a repartir parte de sus beneficios entre los accionistas; pero dicho esto, parece un exceso que las grandes empresas españolas hayan optado por hacer de capa un sayo y estén tirando la casa por la ventana con la que está cayendo.

No parece de recibo que cuando los beneficios de las compañías cotizadas están cayendo un 25% -con 27 de las 126 compañías analizadas en números rojos- hayan repartido entre sus accionistas en sólo un trimestre más de 11.000 millones de euros, cinco veces más que en 2003 en igual periodo.

Les recomiendo una lectura. El último número de la Revista de Bolsas y Mercados españoles. Admito que no se trata de la literatura ideal para llevarse a la playa o al campo en un largo puente de mayo, pero estoy convencido de que les servirá para hablar con sus amigos de algo que está muy de moda: la refundación del capitalismo. Un término acuñado hace algunos meses por el presidente Sarkozy, pero que tiene más de márketing político que de una verdadera reflexión sobre el sistema económico.

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