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Europa juega al póker: La mentira más grande jamás contada
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Carlos Sánchez

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Europa juega al póker: La mentira más grande jamás contada

El secreto peor guardado del mundo se esconde estos días en Berlín. Está descontado que la Unión Europea alargará tarde o temprano el calendario de consolidación

El secreto peor guardado del mundo se esconde estos días en Berlín. Está descontado que la Unión Europea alargará tarde o temprano el calendario de consolidación fiscal -en el caso de España hasta 2014 o 2015-, pero los custodios de la ortodoxia presupuestaria se resisten a revelar la verdad. Por el momento, guardan celosamente tamaña mentira en el cofre de los tesoros para no desmotivar a los remeros del ajuste.

La estrategia de Merkel -Bruselas es hoy más que nunca un gigantesco aparato burocrático- pasa por no aflojar las riendas hasta que los países meridionales firmen el Pacto Fiscal de la UE, en última instancia la herencia que piensa dejar la canciller a la Europa del siglo XXI. Hasta que eso ocurra, como Judas, se seguirá negando la mayor: una suavización de los programas de estabilidad; pero lo cierto es que ningún Gobierno se lo cree. Sobre todo después de las nuevas estimaciones macroeconómicas, que dejan a los países con mayor déficit y deuda al pie de los caballos.¿Cuándo se dirá la verdad? Pues es muy probable que en el Consejo Europeo de marzo, cuando la UE apruebe la reforma de los tratados. Hasta entonces, la versión oficial sostendrá que el calendario de reducción del déficit no se toca.

Lo que más preocupa en Berlín es lo que suceda en Italia y España, y lo que dicen las previsiones (con pinta de que van cumplirse) es que la deuda pública italiana escalará hasta el 126,6% del PIB en 2013, mientras que en el caso de España el déficit fiscal representará un 6,3%.  Lo más letal, sin embargo, es que el año próximo, y según el FMI, el déficit estructural español (el observado al margen del ciclo económico) se situará en un increíble -4,1%, cuando el texto constitucional lo ha colocado en el 0,4% del PIB.

¿Cuándo se dirá la verdad? Pues es muy probable que en el Consejo Europeo de marzo, cuando la UE apruebe la reforma de los tratados. Hasta entonces, la versión oficial sostendrá que el calendario de reducción del déficit no se toca. Esta aparente contradicción es lo que explica las continuas desavenencias públicas entre Montoro y De Guindos.

La estrategia del miedo forma parte del ADN de Merkel desde que la crisis de la deuda soberana pusiera al borde del abismo el euro; y por eso Alemania quiere estar segura de que cuenta con un instrumento útil para meter en cintura a los países manirrotos. Ya ha logrado que el equilibrio presupuestario vaya a estar inscrito a fuego en las constituciones de la eurozona, y ahora lo que busca es completar esa estrategia con un régimen de sanciones viable. Lo ocurrido en los últimos años ha demostrado que las penalizaciones  contempladas en el Pacto de Estabilidad y Crecimiento (otra imposición de Alemania en los tiempos de Theo Waigel) se han mostrado ineficientes,

Básicamente por una razón. No tiene mucho sentido castigar con una elevada multa a un país con problemas estructurales de déficit público o de balanza de pagos. Simplemente porque una sanción pecuniaria le mete todavía más en el hoyo.

Algo más sutil e inteligente

Ahora, por el contrario, se ha optado por algo mucho más sutil e inteligente. La UE utilizará los fondos comunitarios para presionar, y eso, a priori, puede resultar más útil, ya que tiene un carácter preventivo. Ya lo hecho con Grecia, un país en bancarrota al que la UE ha bloqueado la entrega de unos 15.000 millones de euros procedentes del Marco Financiero 2007-2013.

Algo parecido incluirá el Gobierno español en la nueva Ley de Estabilidad Presupuestaria, que prevé un sistema de depósitos en caso de incumplimiento. Y si no basta con esas medicina, entrarían en funcionamiento las sanciones.

La firma del Pacto Fiscal -el nuevo telón de acero de la economía europea- permitirá, además, desbloquear tanto el Mecanismo Europeo de Estabilidad Permanente como los fondos del FMI que previsiblemente se necesitan para financiar la

Sobre el papel, la estrategia de Alemania parece correcta. Pero hay un ‘pequeño’ problema. Los ciudadanos tenderán a cansarse y a no comprender tanta austeridad si pasado un cierto tiempo los ajustes no dan resultados reestructuración bancaria, y que están ahí a modo de Plan B. Sólo se utilizarán si los países son capaces de enderezar su situación fiscal, y, en todo caso, bajo la estricta supervisión de la troika (BCE, FMI y Alemania). Y si todo va bien y bajan las primas de riesgo, Merkel aceptará poner en marcha los célebres eurobonos.

Sobre el papel, la estrategia de Alemania parece correcta. Pero hay un ‘pequeño’ problema. Como ha escrito el profesor Pisani-Ferry, director de Bruegel, uno de los mejores  think tank sobre Europa, los ciudadanos tenderán a cansarse y a no comprender tanta austeridad si pasado un cierto tiempo los ajustes no dan resultados. Y es muy probable que ese horizonte no sea tan lejano.  No es descabellado tampoco pensar que los Gobiernos, a medida que se acerquen las elecciones (el alimento que en realidad les da de comer), tenderán a aflojar el ritmo del ajuste, y ese es en realidad el riesgo que corre la estrategia Merkel.

Esto puede explicar que Alemania hable ya cada vez con mayor claridad de ‘estímulos’ a la economía, lo que no hace Rajoy, pero en ningún caso sin abrir el cofre del secreto peor guardado  del mundo. En la recámara sigue estando la utilización de los fondos estructurales de la UE para dinamizar la economía. Una especie de Plan Marshall destinado a los países moribundos que necesitan algo que llevarse a la boca para no caer en brazos de lo que algunos economistas denominan la trampa del déficit. Que cada día se parece más a la paz de los cementerios.

El secreto peor guardado del mundo se esconde estos días en Berlín. Está descontado que la Unión Europea alargará tarde o temprano el calendario de consolidación fiscal -en el caso de España hasta 2014 o 2015-, pero los custodios de la ortodoxia presupuestaria se resisten a revelar la verdad. Por el momento, guardan celosamente tamaña mentira en el cofre de los tesoros para no desmotivar a los remeros del ajuste.