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Alcalá 45, crónica de un despropósito
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Begoña Villacís

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Alcalá 45, crónica de un despropósito

Esta es la historia que justifica una de las inversiones más chapuceras que se han perpetrado en la ciudad de Madrid en los últimos años, y el listón estaba alto

Foto: Alcalá 45
Alcalá 45

El día de los Santos Inocentes el gobierno del Ayuntamiento de Madrid se cobraba por fin una pieza simbólica, casi un fetiche. A tres días de vencer el año, el delegado de economía del Ayuntamiento de Madrid hacía su entrada en el elegante edificio de la madrileña calle de Alcalá, concretamente en el número 45. Elementos Art Decó, finos relieves de figuras aladas, una localización excepcional. Un edificio concebido para albergar las oficinas de un gran banco. Ese día al entrar lo supo suyo, le había sido entregado directamente de las manos de una SOCIMI. Para qué más.

Así,Ahora Madrid, que había estrenado el año encantado de haberse conocido, reclamando para sí el mérito de haber devuelto el Madrid “a su gente” a través de sus recién aprobados “presupuestos de la esperanza”, sus “cimientos de algo nuevo", cerraba de la forma más redonda posible su primer año completo de gobierno.

Foto: Alcalá 45.

Sin embargo, el “algo nuevo”, resultó ser un incumplimiento flagrante de la regla de gasto, por unos 17 de millones, lo que exigió la confección de un plan económico financiero al más puro estilo OK Corral, reincidente y desafiante. Todo comenzó a complicarse en Madrid cuando, como era de esperar, el Plan fue rechazado por el Ministerio, comprometiendo las cuentas del año entrante. Al mismo tiempo, empezaban a agotarse las excusas para justificar su notable incapacidad para gestionar un presupuesto que batía mes tras mes records de inejecución. Poco a poco, la bola se iba haciendo más grande. Noviembre terminaba con un sonrojante, a la par que retratante, 73% de inejecución presupuestaria. Días después del pésimo dato se consuma en Madrid la operación Alcalá 45, operación sorpresa por supuesto no prevista en los presupuestos del 2016 y ejecutada de la forma más urgente y poco transparente posible.

Esta es la historia que justifica una de las inversiones más chapuceras que se han perpetrado en la ciudad de Madrid en los últimos años

Esta es la historia que justifica una de las inversiones más chapuceras que se han perpetrado en la ciudad de Madrid en los últimos años, y el listón estaba alto. Una historia que ha tenido como consecuencia más inmediata engrosar, como bien explicaba este diario, la cuenta de resultados de la compañía Merlín Properties, que tenía contabilizado en libros el edificio en 91 millones de euros, es decir 13 millones menos de los que recibieron de su generoso y apresurado comprador, y es que las prisas se pagan caras, y la bisoñez tambíen. Probablemente sepan también que la SOCIMI de propina se ahorraba la costosísima rehabilitación que habría de abordar en los años siguientes.

Lo que probablemente no conozcan es la cadena de despropósitos que precedió el torpe negociado, partiendo del informe de tasación, un informe de valoración destinado a determinar la fijación del precio de mercado del inmueble. Si se han encontrado en la situación de pedir una hipoteca seguramente saben de lo que estoy hablando. Un perito tasador acude al inmueble, lo mide, pondera, relaciona con zona, testigos similares en tamaño y ubicación, determina la antigüedad, posibles defectos y un largo etcétera que le será entregado en su informe de tasación. Esto ocurre todos los días en España para inmuebles de todo tamaño y condición, pequeño, grande, viejo, nuevo, en Cartagena o en Segovia, esto es lo que nos ocurre a los ciudadanos de pie. Esto ocurre salvo que seas el Ayuntamiento de Madrid en una desesperada contrareloj por demostrar que, como fardaba recientemente uno de sus representantes, “gastarían más que ayer, pero menos que mañana”.

placeholder Imagen del edificio de Alcalá 45
Imagen del edificio de Alcalá 45

Lo que probablemente desconozcan es que fueron 10 minutos los que llevaron al actual equipo de gobierno a pagar un sobreprecio que saldrá directamente del bolsillo de todos los madrileños. Así decidieron que donde dice informe de tasación pongamos que sacamos unas cuantas muestras del portal Idealista a modo de testigo y santas pascuas. Dichas muestras fueron impresas el día 13 de diciembre de 2016, y a las siguientes horas, 10:23, 10:24, 10:28, es decir un día antes de la fecha del informe de valoración, y en un espacio de 10 minutos. Este procedimiento, que podría ser suficiente para la compra de un libro, unos pantalones o incluso un móvil o unos cascos, fue el elegido por Ahora Madrid para gastarse de golpe y porrazo 104 millones de euros. Como ven, todo un alarde de rigor y seriedad.

Lo que probablemente desconozcan, es que en el mismo año que no se ha puesto un ladrillo en una sola de las escuelas infantiles comprometidas, o de los centros de mayores, o de las bibliotecas en el Madrid de la emergencia social, o un euro más en limpieza, este gobierno se acaba de pulir el 25% de sus inversiones en redondear la cuenta de resultados de una SOCIMI.

Supone además incumpliendo la regla de gasto por 104 millones de euros más

Lo realmente preocupante, aparte del poco respeto por el dinero público, es que el capricho en cuestión, colocado adrede en la en la última semana de diciembre, supone además incumpliendo la regla de gasto por 104 millones de euros más o lo que es lo mismo, esta compra puede suponer que, por tres días, el Ministerio de Hacienda nos inmovilice 104 millones de euros y nos penalice con cientos de millones de euros a todos los madrileños. Así que podemos concluir que sí, que este gobierno ha cerrado un año redondo. Ya empezamos a calar la consistencia del “algo nuevo” y hay quien empieza a pensar cuan sobrevalorada está la novedad y tan injustamente descontada la profesionalidad y el rigor.

El día de los Santos Inocentes el gobierno del Ayuntamiento de Madrid se cobraba por fin una pieza simbólica, casi un fetiche. A tres días de vencer el año, el delegado de economía del Ayuntamiento de Madrid hacía su entrada en el elegante edificio de la madrileña calle de Alcalá, concretamente en el número 45. Elementos Art Decó, finos relieves de figuras aladas, una localización excepcional. Un edificio concebido para albergar las oficinas de un gran banco. Ese día al entrar lo supo suyo, le había sido entregado directamente de las manos de una SOCIMI. Para qué más.

Ayuntamiento de Madrid Socimi Merlin Properties