Rajoy copia el "estilo Nixon"

La película que reproduce las largas entrevistas entre el periodista David Frost y Richard Nixon, años después de que éste tuviera que abandonar la presidencia de EE. UU. por amparar el espionaje a sus adversarios demócratas y por falsedad (el caso Watergate), es muy sugerente sobre la capacidad de los líderes de hacer creíble la impostura. El film describe a buen ritmo, primero, a un Nixon persuasivo y seguro en sus afirmaciones, plenamente convincente, víctima casi silente de una gran injusticia.

Después, a un personaje más dubitativo, y finalmente, a un político que, ante un dato imprevisto planteado por su entrevistador, se viene abajo y confiesa. Los primeros planos de su rostro en televisión, reproducidos por el actor en la pantalla grande, son el acta de acusación más solvente. La verdad termina imponiéndose, sitúa a su persona en el lugar adecuado y explica, si bien con cierta perspectiva temporal, todas las secuencias de un caso –el Watergate—que hizo historia.