¿Tardará mucho un Gobierno de coalición PP-CiU?

Por Madrid no suelen interesar mucho las cosas políticas que suceden en Cataluña, pero en esta ocasión debería. Porque casi al mismo tiempo que se conoce el tercer volumen de las memorias del virrey Pujol -interesantísimo para conocer, sin ir más lejos, por qué vetó la entrada de CiU en los gobiernos de Felipe González y Aznar cuando éstos se lo propusieron-, un pajarito blaugrana del puente aéreo me anuncia que la boda catalana entre el PP y CiU se ha oficiado ya, pero que la intención de Rajoy y Artur Mas es, si la dote es consustancial y plena, anunciar cuando llegue el buen tiempo una ceremonia de mayor postín.

Es decir, un hito histórico que al inquilino de la Moncloa le interesa sobremanera para esponjar su condición de estadista y al muchacho de la Plaza de Sant Jaume aún más, si es que el pacto fiscal o algo parecido pudiera o pudiese finalmente interpretarse. No hay que olvidar en este festejo todavía non nato que a determinados actores, léase Durán i Lleida, el arroz se les empieza a pasar, y los catalanes son gente a los que la cocina mediterránea les agrada molt en su punto.