La CECA, esa reliquia histórica que agoniza

Probablemente Isidro Fainé -el gran hallazgo de Rajoy, y viceversa- sea el último presidente de la histórica Confederación Española de Cajas de Ahorro (CECA). En breve se hará el harakiri, como las últimas Cortes de Franco.

La CECA, que en sus buenos tiempos fue un poder fáctico donde los hubiera, se va a disolver como tal lobby e integrarse en la AEB, que también busca nuevo presidente más acorde con los tiempos populares que corren.

Las Cajas no han podido sobrevivir ni al desprestigio de sus gestores ni a sus obscenos trinques, ni siquiera a sus maltrechos e inexportables agujeros. Si las cárceles españolas están masificadas, qué hubiera pasado en ellas si los fiscales estuvieran más atentos y diligentes a las fechorías de muchos de esos gestores políticos.

Cómo será la cosa que desde Finisterre al Cabo de Gata el pueblo llano no deja de gritar la consigna: “¡Yo también quiero una jubilación igual!”.