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El auténtico verdugo de Rato
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Graciano Palomo

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El auténtico verdugo de Rato

¡Sic transit gloria mundi! Rodrigo Rato, el padre del milagro económico español, el hombre que pudo convertirse en primer ministro, el mismo que se permitió

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El auténtico verdugo de Rato
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¡Sic transit gloria mundi! Rodrigo Rato, el padre del milagro económico español, el hombre que pudo convertirse en primer ministro, el mismo que se permitió el lujo de abandonar una jefatura de Estado (FMI), yace ahora desangrado en una cuneta y se refugia en el yoga para olvidar y sobrellevar sus cuitas.

¿Pero quién le apuñaló inmisericorde? ¿Acaso Miguel Ángel Fernández Ordóñez, que le engañó con Bancaja? Puede. ¿Acaso Esperanza Aguirre, que deseaba esa poltrona para su íntimo Nacho González? Quizá. ¿Acaso su antiguo subordinado De Guindos que, obediencia debida, esperaba la ocasión para endiñarle una estocada hasta la bola? Es muy posible.

¿Y qué decir del trío áulico –Emilio Botín, Francisco González e Isidro Fainé-, a los que venía o pretendía hacer la competencia? Coadyuvaron, sin duda.

¿Pero quién ha sido entonces el puñal toledano, estocada hasta la bola, que ha roto el mito del madrileño con retranca asturiana? Algunos recordatorios porque, al final, los dos pulsos al “hombre impasible” le han salido rana. Ninguna de las conspiraciones anti-Rato hubieran prosperado si el último eslabón se hubiera plantado.

Ya saben el dicho comúnmente aceptado: en política –RR nunca dejó de estarlo- todos los amigos son falsos y todos los enemigos verdaderos. Rato nunca aceptó que Rajoy hubiera sido preferido y cuando la derrota del 2008 puso muchos palos en el engranaje del gallego quien al final vio un exilio dorado con favor incluido en el tema Caja Madrid.

Tampoco gustó nada en Moncloa que durante los últimos tiempos, al socaire de una posible intervención de España y la “fórmula Monti”, el exvicepresidente se dejara cortejar… Y mucho menos que ninguneara a una serie de ministros nombrados por Mariano.

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¡Sic transit gloria mundi! Rodrigo Rato, el padre del milagro económico español, el hombre que pudo convertirse en primer ministro, el mismo que se permitió el lujo de abandonar una jefatura de Estado (FMI), yace ahora desangrado en una cuneta y se refugia en el yoga para olvidar y sobrellevar sus cuitas.

Rodrigo Rato