De los galgos y la liebre mecánica de Piqué

Una de las mejores definiciones de las angustias nacionales de la actual hora la ofreció el “sabio” europeo, Felipe González, que cuando no tiene a Garzón y a Cebrián al lado bailándole el agua, hasta está gracioso.

El sevillano comparó el sainete nacional/europeo en el que se ha convertido España con una carrera de galgos persiguiendo a una liebre mecánica imposible de alcanzar por mucho que los galgos echen el bofe corriendo.

El cuadro metafórico gonzalesco le ha servido también a Josep Piqué, íntimo amigo de Rajoy hasta que el gallego le puso los cuernos en Cataluña, para escribir algo como esto: “El Gobierno español con medio año de ejercicio ha tomado innumerables medidas, unas más acertadas que otras. Normal. Pero cunde la sensación de que siempre nos quedamos cortos. Y que siempre se nos pide más…”.

El exministro de Asuntos Exteriores con la derecha, después de militar en la extrema izquierda independentista catalana y luego coquetear con el pujolismo, es muy dado a ejercitarse en un peligroso columpio: escribir en los periódicos. La hemeroteca puede tener más peligro que una botella de ácido sulfúrico derramada.

Porque en los estertores del zapaterismo, el inquieto e inteligente empleado de Lara dejó esculpido esto: “Las ideologías y los colores políticos son importantes, pero muchas cosas dependen de la personalidad de los gobernantes… Una cuestión de liderazgo…”

Piqué dixit.