Gordillo, la imagen viva de la convulsión llama a las puertas

Me llama un colega extranjero para saber algo del líder comunista andaluz y qué perfil tiene. Naturalmente me dice que la historia del asalto al supermercado es un historión para su medio, que cree que España ha vuelto al pre-36.

El alcalde colectivista de Marinaleda, Juan Manuel Sánchez Gordillo, ha protagonizado este verano un acto de asalto a supermercados que, visionado en toda su extensión por los medios de comunicación internacionales, concluye una imagen letal para España. Por de pronto ha sido portada en el definitivo semanario alemán Der Spiegel. Con un efecto inmediato: los touroperadores alemanes se han puesto en guardia y buscan afanosamente otros destinos turísticos. Entienden que hay serio peligro de convulsión social en España cuando se pongan en pie los seis millones de parados. Situación prerrevolucionaria, entienden.

Hay aspectos del líder de los trabajadores andaluces del campo que resultan muy interesantes de considerar, especialmente su autenticidad, y de ahí que se haya instalado como un icono referencial entre sus gentes de aquella comarca y de toda Andalucía.

Sánchez Gordillo es antes que nada un comunista confeso y convicto. Pero un comunista a la antigua usanza que contempla el mundo liberal como una deriva perversa del ser humano destinado por la propia naturaleza a convivir en armonía socialista con el resto de sus congéneres.