Cuando Amancio es el Rey y Pablo Isla su general en jefe

Una vez más Amancio Ortega, el más que discreto paisano de Arteixo, aparece en la lista Forbes como uno de los hombres más ricos del planeta. Me da igual que sea el tercero o el quinto. Lo esencial en el gallego son sus lecciones magistrales tanto en el plano del negocio como en su ‘libro de estilo’ que ha puesto en práctica incluso en el siempre temido relevo del ‘fundador’.

Hace un año, Ortega cedía el testigo a Pablo Isla, abogado del Estado, a sus 48 años el ejecutivo mejor pagado de España (más de 20 millones de euros en sueldo) que había sucedido en Inditex a José María Castellano con el objetivo de profundizar en la internacional del grupo textil. Los que apuntan a que Isla –que ni tiene problemas para pagar los recibos del gas y al que se lo rifan por doquier (ya se le apunta con alguna razón como futuro sustituto de César Alierta)– será sustituido en breve por Marta Ortega Pérez, única heredera del imperio, se equivocan: su gestión le sostiene.

Incluso el silencio y la discreción aumentan el mito de Amancio. Dicen que es el “hombre que supo reinar” (Cristina Bolinches) pero sigue manteniendo el control total del tinglado (60% de los títulos) y al que antes que la poesía le interesa la prosa.

Inditex-Zara, dirigida por dos mujeres y siete hombres, y en donde su rey lo es a título de “consejero dominical”.

Me cuenta un profesor de una de las más privativas escuelas de negocio de España que hay algunos alevines de empresarios que cuando se les preguntan qué quieren estudiar, responden:

-Yo para Amancio Ortega….

Y no sale en el Informe Semanal precisamente.