Esperando a Merkel

A la que no se ha visto por las playas españolas es a la canciller alemana Angela Merkel, que prefiere aires más templados para los escasos días de asueto que se autoconcede. El Gobierno tiene especial interés en que la teutona viaje a Madrid aunque sólo sea para tomarse un jamón y contarle las cuitas que padece su correligionario español.

Merkel, como todos ustedes saben, se ha vuelto a coronar por segundo año consecutivo como la mujer más poderosa del mundo en la clasificación de cien mujeres con más poder del planeta que realiza la revista “Forbes”.

El ranking tiene en consideración la influencia, la presencia en los medios y el poderío económico. Y la física venida del Este se ha impuesto a Hillary Clinton y a la brasileña Dilma Rouseff.

Bien, pero estamos en la más que probable llegada a Madrid de Merkel y si es posible que aterrice en Torrejón con algún pan (blando) bajo el brazo. Aunque realmente al que en Moncloa se da especial importancia es a su ministro de Finanzas, Wolfang Schäuble, que desde su silla de ruedas es el que marca cualquier hoja de ruta a tener en cuenta en Europa.

En Moncloa sostienen también que la canciller es consciente de su mala imagen en España –al igual que en Grecia, Irlanda, Portugal o Italia- por su línea de dureza a la hora de exigir ajustes y recortes para mantener la ortodoxia financiera de la zona euro.

Ya que estamos metidos en harina recordar que Goldman Sachs prevé el rescate español para el inminente septiembre y Stándar&Poors anima a Rajoy a pedir sin más demora la ayuda con un bálsamo necesario y bueno para España. Pero el presidente se niega a pasar a la Historia…