El sustituto de la lideresa valerosa

Los que hayan seguido el reciente debate madrileño entre la presidenta Esperanza Aguirre y el socialista Tomás Gómez, es decir, dos y sus tías, habrán comprobado que la lideresa le propinó tal paneo al de Parla que, a buen seguro, muchos de sus conmilitones están pensando ya en sustituirle por el muy académico economista del CEU y, en ocasiones, genial (hablo de tertulias mediáticas) Antonio Miguel Carmona.

La Aguirre de la actual hora, sin complejos y divertida en el verbo (lo que engancha con las mesnadas populares, que exigen líderes corajudos y con redaños), puede llevarnos a concluir que, o bien considera su tiempo político acabado, o por el contrario llama a las puertas de otras ambiciones. Porque, en realidad, en el PP hay dos líderes: Mariano Rajoy, en ejercicio, y Esperanza, en el suyo. Punto.

Tengo para mí que no es persona la jefa madrileña de estar por estar.

-¿Quién crees que será su sustituto?, pregunta un empresario audiovisual en expectativa de destino.

-No tengo ni idea pero soy lo suficiente veterano como para afirmar que en Aguirre son más importantes los hechos que las palabras. Y en este sentido los hechos siempre han apuntado al fiel Ignacio González, que, además, ha sido su rompeolas particular en todas las estaciones.

Nacho González le ha demostrado cuajo para resistir las muchas embestidas y ahora ya no es la bestia negra en Génova 13 que padeció durante algunos años. De hecho, está en el Comité Ejecutivo nacional y goza del amparo de la general secretaria.

Los hechos, oiga, terminan por producirse.