Quieren convertir el restaurante de Bardem en una ONG

Bastó una palabra, un gesto en rojo del muy desteñido (de familia le viene al mastín) y hollywoodiense Javier Bardem, en apoyo del muy rosáceo y marinalense Juan Manual Sánchez Gordillo y sus asaltos alimenticios, para que la Red escupiera sangre y fuego contra el compañero de Penélope Cruz.

De alguna manera el multimillonario hijo (la mayor parte del jurdó la ha amasado en sus denostados EEUU) de la escasamente depauperada Pilar vino a justificar los asaltos a los supermercados del SOC andaluz y ardió Troya.

A mi correo llega una convocatoria para ir a comer gratis en el restaurante (“Corazón Loco”) que presuntamente es propiedad del actor, ubicado en una céntrica calle del Almendro. Dice la convocatoria: “ Si tienes hambre vete a comer gratis al restaurante de Javier Bardem, si te ponen alguna pega di que vas de parte de Sánchez Gordillo y si te la vuelven a poner di que es por ser un tonto aprovechado de la ceja...”

Tiene que saber el nuevo semiprota de 007 que una cosa es predicar y otra distinta dar trigo, y que las cosas por estos lares no están para monsergas fatuas, aunque naturalmente defenderé su derecho a expresarse como le venga en gana aunque las tapas en CL las pague religiosamente como es de natural.

A mí de Bardem no me interesa ni lo de su chica ni su color político. Sí, en cambio, aplaudo a rabiar lo que considero justa, desinteresada y leal lucha por la causa del pueblo saharaui que está siendo exterminado por el sátrapa y genocida de turno de Rabat. Y me van a permitir, sé de qué escribo. Nunca olvidaré los ojos de aquellos niños en los campamentos del desierto diciendo todo sin decir nada.