Es noticia
Rosell sube al Gólgota: los halcones quieren matarlo
  1. España
  2. Palo Alto
Graciano Palomo

Palo Alto

Por

Rosell sube al Gólgota: los halcones quieren matarlo

El independentismo catalán lo emponzoña todo. Ha dinamitado por completo el espíritu de la Transición y ha dejado a algunos protagonistas de la política y la

Foto: Rosell sube al Gólgota: los halcones quieren matarlo
Rosell sube al Gólgota: los halcones quieren matarlo

El independentismo catalán lo emponzoña todo. Ha dinamitado por completo el espíritu de la Transición y ha dejado a algunos protagonistas de la política y la economía a los pies de los caballos. El que peor lo lleva es el presidente de CEOE, Juan Rosell, que ya tuvo que fajarse para dinamitar las mamandurrias del postcuevismo y de algunos coleguillas a los que el catalán no les baila el agua.

Ahora los halcones empresariales (José Antonio Segurado, el madrileño Arturo Fernández y el andaluz Santiago Herrero) se han lanzado en tromba contra su liderazgo en Diego de León porque entienden que no se moja en la polémica independentista ni defendiendo “manu militari” la llamada “unidad de mercado”. Ayer, sin embargo, Rosell salió a la palestra a calmar las aguas.  

Se la tienen jurada y aprovechan que el cierzo sopla por el valle del silencio. Conozco a Rosell desde hace muchos años -ya escribí un día en este digital que gracias a Aznar, por mediación de Manuel Pizarro, consiguió el apoyo de la entonces poderosa Aguirre para que la patronal CEIM le diera su apoyo- y me parece un catalanista templado y un español moderadamente patriota.

El asunto no es baladí (romper con más de 500 años de legalidad e institucionalidad no puede serlo) hasta tal punto que el Gobierno ha encargado un estudio a pie de calle en Cataluña para que “ipso facto” tenga cabal idea de lo que opina la muchachada del pacto fiscal, que no otra cosa.

El independentismo catalán lo emponzoña todo. Ha dinamitado por completo el espíritu de la Transición y ha dejado a algunos protagonistas de la política y la economía a los pies de los caballos. El que peor lo lleva es el presidente de CEOE, Juan Rosell, que ya tuvo que fajarse para dinamitar las mamandurrias del postcuevismo y de algunos coleguillas a los que el catalán no les baila el agua.

Juan Rosell