¿A qué ministro llaman “el de los charcos”?

Presume de ser l´enfant terrible de la coyuntura, de no militar en el PP, de ir por libre y “pasar” de Génova 13. Yo le conocí en los tiempos de UCD y volví a reencontrarle posteriormente en alguna tertulia democristiana (13TV), y hace algunos años quiso tirarme de un avión porque a su entender no le dejé muy bien parado en El vuelo del halcón. Tengo amistad con su ex que no es precisamente una fan del muchacho; suele ocurrir. Tampoco doy demasiada importancia a los “inputs” de las ex. ¡No quedaría ni uno vivo!

Pero tiene este Wert su aquél y empiezo a valorarle como político subalterno. Porque en este momento está ofreciendo su flanco para que no estalle el de su jefe.  Traté hace unos meses de que Pedro Arriola me explicara ese “aquel” wertiano que vendió al presidente Rajoy, y el sevillano, listo como un zorro sin liebre, me dijo que tenía una cierta idea de lo que deseaba hacer en ese departamento y que José Ignacio –que era más que seguro presidente de RTVE, puesto por el que había luchado- tendría cuajo para llevarlo a cabo. ¡Carajo si tiene!

Se ha hecho definitivamente famoso (a cambio de no poder salir a la calle sin que le tiren cacerolas, las piedras vendrán luego) intentando “españolizar” a los niños catalanes, criminaliza a los padres que apoyan las huelgas de estudiantes, defiende la educación diferenciada por sexos, acusa a los marroquíes de malos resultados en los colegios de Ceuta y Melilla, ningunea a los rectores, e incluso cita un contenido de Educación para la Ciudadanía que no existe. ¡Un fenómeno! Me empieza a caer bien.

Diga lo que se quiera, y se puede decir mucho, hay que subrayar que Wert no se esconde ni se mete debajo de la mesa. Eso, en estos momentos, rodeados de timoratos y acanguelados, es por sí solo un toque de distinción.

-Oye, ¿has visto por ahí “al de los charcos”? -pregunta un ministro a otro.

-No, está muy ocupado preparando el próximo -contesta otro.

Averigüen quién es el colega del ministro que ha puesto de moda el dicho sobre las habilidades incendiarias de Wert.