Chantaje en Palacio: la conversación de Mas con Rajoy

Las dos horas de entrevista que mantuvieron el pasado 20 de septiembre en el despacho noble del palacio de la Moncloa –de 11 a las 13 horas- entre el presidente del govern catalán y el presidente del Gobierno son las que harían las delicias de cualquier historiador si realmente se pudiera tenerlas grabadas en audio y vídeo.

Para que una persona tan hermética como el presidente haya decidido dar a conocer algunos detalles del encuentro es que realmente aquello fue de aurora boreal. Estoy en disposición de ofrecer algunos. Veamos.

Artur Mas le trató de “igual a igual”, de jefe a jefe, muy nervioso y agresivo, irónico y mordaz, envalentonado, con ganas de plantear al jefe del Ejecutivo y decir lo que le quemaba dentro: el pacto fiscal. ¿Qué hay de mi parné?

Rajoy, gallego al fin y siempre, trató de marear la perdiz porque intuía que el toro venía resabiado. Le toreó con el capote de largo tratando de comunicar lo duro que resulta su trabajo, del cuadro macroeconómico, de los ejes europeos; luego agarró la muleta y cambió de tendido y se puede decir que de tercio.

Mas, gafas enconchadas, empezó a impacientarse y no sabía con qué pitón arremeter. Por fin llegó la ocasión.

-Bueno, Artur, ya ves cómo está el patio, mi querido amigo. ¿Y de Cataluña qué noticias me traes…? -inquirió el presidente con mirada huidiza y reservona.

Era el momento. Y el Molt Honorable no perdió ni un segundo.

-Pues tengo que decirte una cosa, Mariano, quiero el Pacto Fiscal…. ¡Queremos el Pacto Fiscal! ¡Exigimos el Pacto Fiscal!

-Bueno, sí, sí, aquí todo el mundo exige y pocos dan -contestó Rajoy.

-Hay unanimidad en todo el pueblo catalán, incluidos los tuyos, Mariano, incluidos los tuyos.

-Pues déjame que te diga una cosa, president, yo creo que no estáis tan maltratados como decís. ¡No lo estáis! Y yo tengo que atender a todos, a todos. No sé si esto es tan difícil de entender.

Mas ataca ahora en otra dirección. Le plantea que sin el pacto fiscal Cataluña se hunde y “eso tampoco os conviene teniendo en cuenta lo que aportamos a España”.

Rajoy también está preparado para eso y saca los últimos balances fiscales y las reivindicaciones de otros territorios, como Madrid, que aporta más a la caja única.

Mas empieza perder la paciencia ante el juego político del inquilino del palacio. Y decide dar la estocada.

-A ver, presidente, he venido esperanzado, si salgo de aquí sin tu promesa de pacto fiscal tendré que proponer un nuevo proyecto a los conciudadanos….

-¿Nuevo proyecto? ¿Qué quieres decir? -pregunta Rajoy.

-Tú sabes lo que quiero decir… Así que luego no te quejes… Tendrás que atenerte a las consecuencias, graves, muy graves, que tendrán lugar.

-¿Me están amenazando? -pregunta el Presidente ya extraordinariamente tenso y crispado.

-¡Tómalo como quieras!

La entrevista se daba por concluida. Pocos días después Mas llamaba a rebato por tierra, mar y aire.