La lista de Lichtenstein provoca úlceras y mareos

Quizá Cristóbal Montoro, un viejo y probo servidor público, haya esculpido la frase de su vida cuando el pasado jueves afirmó los siguiente, en clara advertencia a los dirigentes de CiU que pedían su comparecencia en sede parlamentaria: “Los que tienen que comparecer, no sólo ante el Congreso, sino ante la sociedad son los que tienen cuentas en Suiza”.

Ojo, porque el menudo jefe de Hacienda rompió por una vez su proverbial impasibilidad para subrayar: “Tengo una serie de ventajas por haber sido ministro de Hacienda (2000-2004) y haber vuelto ahora; sé quién pagaba impuestos antes y quién no los paga ahora”. Y terminó: “Actualmente hay un intercambio de información con los paraísos fiscales como nunca antes había habido”.

Resumiendo: que está al cabo de la calle, con nombres y apellidos.

Hay por ahí quien se ha atrevido en un artículo a dar algunos nombres de los 569 españoles que, al parecer, tienen cuentas en Suiza. “Práctica muy habitual entre las grandes familias españolas”, dice The New York Times. Y se recuerda que el propio Aznar, siendo presidente y en un momento de franqueza, confesó que “los ricos no pagan impuestos en España”.

Pero a todo cerdo le llega su San Martín, dicen en mi pueblo. ¿Habrá llegado la hora de abrir la caja de pandora? ¡Ahora me explico el estado de nervios que he visto en algunos tipos que todavía salen en el telediario!