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Adivinanza: ¿Quién es el mayor crítico de Rajoy?
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Graciano Palomo

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Adivinanza: ¿Quién es el mayor crítico de Rajoy?

En Moncloa se les lleva los diablos. Y tiene su aquél esta situación. Se cuida mucho  de que sus críticas no sean conocidas públicamente porque se

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Adivinanza: ¿Quién es el mayor crítico de Rajoy?

En Moncloa se les lleva los diablos. Y tiene su aquél esta situación. Se cuida mucho  de que sus críticas no sean conocidas públicamente porque se convertirían en un “boomerang”, pero en los alrededores del presidente Rajoy todo el mundo conoce las inmisericordes “reflexiones” de José María Aznar hacia el que un día nombró “sucesor”, claro está, cuando Rato dijo no por dos veces.

Resultan especialmente aceradas las invectivas que el alcalde de Madrid (consorte) dedica al gallego en temas tales como la subida de impuestos (IVA) y ahora mismo la posición adoptada por el Gobierno con Cataluña y su postura diletante en relación con Bildu y adláteres.

No hay que olvidar que el “rally aznarista” en todos los medios de comunicación del país -a propósito de un libro de memorias completamente desmemoriado- no tiene parangón en la historia reciente de “los ex”.

Aznar pidió estos días abiertamente a Rajoy que utilizara las medidas excepcionales que ofrece la Constitución para parar en seco la maquinaria secesionista que Mas & Jonqueras, incluyendo en la tarea a SM el Rey, algo que ha sonado demasiado chirriante tanto en Zarzuela como en Moncloa.

En relación con Bildu, el marido de Botella considera que el Gobierno del PP –y muy especialmente su ministro del Interior, al que nunca tuvo especial simpatía e intentara apartar de Castellana, 5- está mirando hacia otro lado y deja a los proetarras campar por sus respetos en el País Vasco.

En Moncloa se les lleva los diablos. Y tiene su aquél esta situación. Se cuida mucho  de que sus críticas no sean conocidas públicamente porque se convertirían en un “boomerang”, pero en los alrededores del presidente Rajoy todo el mundo conoce las inmisericordes “reflexiones” de José María Aznar hacia el que un día nombró “sucesor”, claro está, cuando Rato dijo no por dos veces.