Algo se cuece en Zarzuela

Anda el personal muy revuelto a propósito de las cosas de Palacio. La famosa entrevista con Jesús Hermida y todo lo que viene rodeando a la Jefatura del Estado. Incluso esas encuestas, entre estúpidas e interesadas, que hablan de las más lerdas historias acerca de si el Rey Juan Carlos es superado en popularidad por la dama de Grecia o si la experiodista tiene más detractores que supporters.

“No te dejes engañar amigo”, me dice una alta fuente de Zarzuela a la que llamo para conocer si, en efecto, hay movimientos raros alrededor de quien heredó del general Franco. “El Rey y la Familia tienen muy claro que durarán mientras sirvan a la Nación y mientras sean capaces de llevar al corazón del pueblo español que dan mucho más de lo que reciben”.

No parece que, por el momento, don Juan Carlos (75 años le contemplan) tenga la intención inmediata de hacer la maleta, pero algo se cuece, sin duda. Bien mirado y estudiado es el único de la Transición que está en activo, alguno me dirá inmediatamente que junto con Alfonso Guerra… ¡Oiga, estamos hablando de personas serias!

Peino ya algunas canas para olerme que estamos ante algo nuevo y que dada las circunstancias -secesión en toda la regla- hay que acortar los ritmos históricos. Porque, urdangarines y cacerías al margen, lo realmente amenazante es el intento (o intentos) en toda la regla de acabar con la vieja nación española.

Si consiguieran su objetivo los trogloditas con regreso a la Edad Media,  ni el Rey ni su sucesor durarían más que lo que se tarda en embarcar por Cartagena. Y hay que decir que tanto ellos como los sucesivos gobiernos han sido muy condescendientes al respecto durante más de treinta años, hasta dejar el Estado en algo meramente residual. 

Lo dicho, todo huele a marcha. Y, lo que es más grave, para ellos: a las nuevas generaciones les importa tanto como una higa.