El ‘cerebro’ de Gürtel: Blanco Balín, ese hombre

Todo el mundo anda siguiendo a Luis Bárcenas -y con razón-, a Francisco Correa y a Pablo Crespo, que tienen últimamente una deriva irrefrenable hacia el Paseo de la Castellana (ellos sabrán), pero casi nadie se fija en el que realmente fue el cerebro financiero de la llamada trama Gürtel.

Se trata de Ramón Blanco Balín, exvicepresidente de Repsol por decisión soberana de Aznar, inspector fiscal en excedencia y hombre muy metido (antiguamente) en los grandes centros de decisión financiera del país. El único que parece que le tomó la medida correcta fue en su día Baltasar Garzón cuando comenzó a instruir el caso Gürtel.

El hombre de Bembibre (León), hijo de empresario minero y exalumno de los Jesuitas, aprobó su oposición de inspector de Fianzas del Estado -donde entabló una estrecha amistad personal con Aznar- para, desde 1991, intentar camelar al fisco en el negocio de la asesoría fiscal a grandes clientes.

Ahora su nombre vuelve a la palestra porque la UDEF -pesadilla de los populares- le vincula con la persona que recomendó a Gerardo Díaz Ferrán que contratara a Ángel del Cabo para limpiar Marsans y la firma desde la que operaba el encarcelado jefe de los empresarios españoles.

Dicen que es un lince, pero tiene más peligro que un puma. Fue consejero de los Albertos en el Banco Zaragozano y COFIR, Gas Natural, Enagás, Barclays Bank, Ercros, NH Hoteles, Coto Minero del Cantábrico y Rústicas MBS, todo ello hasta que el capo Aznar decidió que iría a la citada petrolera como vicepresidente.

Entre otras cosas, para marcar al amigo que Rodrigo Rato había colocado como presidente, Alfonso Cortina, otro que todavía está contando los billetes de 500 que se llevó en aquella morterada cuando al llegar Zapatero fue sustituido por Antonio Bufrau. Pues bien, Balín será una pieza clave en el juicio del caso Gürtel, si es que alguna vez llega a celebrarse.