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El jefe de los espías toreó al natural a sus señorías
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Graciano Palomo

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El jefe de los espías toreó al natural a sus señorías

Sólo un uniformado (teniente general del Ejército de Tierra) que ha servido en cuatro gobiernos distintos se presenta en el Congreso de los Diputados a cuerpo

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El jefe de los espías toreó al natural a sus señorías

Sólo un uniformado (teniente general del Ejército de Tierra) que ha servido en cuatro gobiernos distintos se presenta en el Congreso de los Diputados a cuerpo gentil –una carpeta con el anagrama del Centro de Inteligencia no demasiado voluminosa- luciendo amplia sonrisa sardónica y confianza absoluta.

Nadie en su sano juicio, salvo Cayo Lara, es capaz de imaginar que un responsable de los Servicios Secretos –los de la Policía hacen la guerra por su cuenta- va a decir en sede parlamentaria y con el apoyo explícito de los dos grandes grupos lo que no quiera. Es lo que hizo. Sin olvidar que un hombre de Estado como Félix Sanz Roldán es persona de la entera confianza –digo más, amistad acrisolada- del Rey a quien, según cuenta Alfonso Ussía, la “petarda” ha puesto en un auténtico brete.

No, no y no. Punto. Ni encargos a Corinna, ni misiones especiales, ni escoltas, ni escuchas. Punto. Lo que sí tenía interés en decir y dijo el general mirando a los diputados de CiU que homenajeaban la Comisión de Gastos Reservados, es que sabía que el ‘govern’ de Mas ha intentado desencriptar los agentes que el CNI tiene en aquel territorio. ¡Menos bromas, oigan!

No hace falta que les explicite tampoco en qué despacho estuvo el director del Centro Nacional de Inteligencia la tarde/noche anterior a su comparecencia en el Congreso de los Diputados.

Tengo para mí que el oficial general que un día reclutó Carmen Chacón (cuando el amigo de José Bono hizo algunas trapacerías con los bienes del Centro, ¿recuerdan?) es del gusto y del parecer de los que tienen la potestad de jubilarle o concederle más condecoraciones que lucir en su ya abigarrada guerrera.

Sólo un uniformado (teniente general del Ejército de Tierra) que ha servido en cuatro gobiernos distintos se presenta en el Congreso de los Diputados a cuerpo gentil –una carpeta con el anagrama del Centro de Inteligencia no demasiado voluminosa- luciendo amplia sonrisa sardónica y confianza absoluta.