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Del ‘corralito’ español al colchón con caja fuerte
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Graciano Palomo

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Del ‘corralito’ español al colchón con caja fuerte

El presidente Rajoy dijo a sus conmilitones en una reunión descafeinada que había salvado a España al menos en tres ocasiones y que suficiente tiene con

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Del ‘corralito’ español al colchón con caja fuerte

El presidente Rajoy dijo a sus conmilitones en una reunión descafeinada que había salvado a España al menos en tres ocasiones y que suficiente tiene con “aguantar la situación”.

Tras el aviso del presidente del Eurogrupo, de nombre impronunciable –Jeroen Dijsselbloem- respecto a que lo de Chipre sería posible extrapolarlo a otros países de la zona euro, muchos españoles se han echado las manos a sus cuentas corrientes  y andan vaciando sus depósitos. El que está haciendo su agosto es el salmantino avispado con su invento de colchón con caja fuerte a 800 euros, más transporte, la pieza. ¡Eso es aprovechar la crisis para reinventarse! Y lo demás son cuentos.

Vayamos al fondo. Las posiciones respecto al futuro inmediato de España se dividen entre los que están convencidos de que dentro de unos meses el panorama se volverá más claro tras el dolor inyectado en vena en el pueblo español y entre aquellos que piensan que, más pronto que tarde, nuestro país no tendrá más remedio que ser engullido sin remisión ante el enorme agujero de la deuda y la postración amarilla de las cuentas públicas.

Para colmo de males algunas de las grandes corporaciones financieras españolas empiezan a mostrar vergüenzas en algunos países salvadores como Brasil, sin ir más lejos.

El pueblo está instalado en su particular Gólgota mientras los responsables públicos y privados debaten acerca de si son galgos o podencos. La pituitaria de la ordinary people indica el camino ignaciano: en tiempos de desconfianza mejor el dinero en la bachuca. ¿Qué desconfianza? Pues no se creen ni a unos ni a otros, y ésta es la gran cuestión que atenaza las posibilidades de una vieja y cuarteada nación que ya sea por ‘a’ o por ‘b’ no termina de encontrar su punto de equilibro en nada.

Un día es la prima de riesgo, otro Urdangarin… Pero lo sustancial de cara al futuro sigue siendo Cataluña, con el felón de Artur Mas oficiando de pedigüeño en una mano y de Judas en otra. ¡Intolerable en cualquier potencia democrática!

El presidente Rajoy dijo a sus conmilitones en una reunión descafeinada que había salvado a España al menos en tres ocasiones y que suficiente tiene con “aguantar la situación”.