El chollo de UPyD con las cajas

Algún presidente de caja de ahorro integrada en Banca Cívica (ya Caixabank) ha dicho a su consejo de administración que la querella de Unión, Progreso y Democracia (UPyD) que acaudilla Rosa Díez es un mero brindis al sol de la vasca para “medrar” políticamente y que al final quedará en nada.

Muy seguro debe estar el profesor universitario (exrector de una pequeña universidad de una pequeña provincia mesetaria) para decir eso; mejor, creo que el canguelo no le entra en el cuello de la camisa.

Porque, en efecto, ha sido gracias a UPyD que el enorme detritus de las cajas de ahorros –con sus agujeros negros, sus preferentes fraudulentas, los sueldos obscenos de políticos y gañanes metidos a gestores financieros (sic), etc, etc…- se esté sustanciando en sede penal en una de las causas más celebradas por el pueblo soberano.

Después de Bankia llega Banca Cívica, cuyos primeros mandamases suscribieron orondos con Iñaki Urdangarin la apertura de su sucursal en Washington (hay fotos), se supone que por algo más que una copa de vino de Jerez. ¡No se pierdan esa foto! De Urdangarin con los Pulido, Goñi, Arribas, aplaudiendo como felpudos batientes en aquel soleado día ‘washingtoniano’.

Pero es verdad. UPyD con este asunto está creciendo inusitadamente en Navarra, Burgos, Segovia, Madrid o Galicia. Y desde los cuatro punto cardinales de España les llegan peticiones para que pongan a trabajar a sus expertos. Son legión los estafados, y como legión somos todos. Si este asunto quedará en nada, como dice Leal a sus cuitados consejeros, entonces cobraría más cuerpo la percepción que tienen los ciudadanos respecto a que la Justicia continúa siendo un cachondeo.

En esto apareció el inevitable Wert: “La percepción social de la corrupción es exagerada…”