La Zarzuela patas arriba: ¿quién defiende al Rey?

La primera reacción fue la de “respeto” por todas las decisiones judiciales; minutos más tarde fue la “sorpresa” por el auto del juez Castro y, paralelamente, la “total conformidad” con la decisión de la Fiscalía Anticorrupción de recurrir la imputación contra la Infanta y, de paso, dejar en suspenso  la declaración y el consiguiente ‘paseíllo’ por los mediáticos juzgados de Palma de Mallorca.

¿Quién demonios estaba al mando en Somontes? ¿Acaso la jefatura del Estado había sido sorprendida ‘in fraganti’ ante un relevante hecho judicial no esperado?

Un cordobés de 67 años, exfuncionario de prisiones, mordaz, solitario, forofo del Real Madrid, no sólo encausaba por vez primera en la historia de España a un miembro de la Familia Real si no que dejaba en evidencia, supongo que aún sin pretenderlo, la estructura de la cúpula del Estado.

Pudiera ser también que lo del “respeto” fuera la opinión del Monarca en ejercicio y pudiera serlo, igualmente, que la “sorpresa” producto del apellido Borbón, esto es, la declaración de un Rey oficiante y al mismo tiempo el dolor de un padre acongojado ante el dolor de una hija a la que se adora. ¡Comprensible! ¡Humano!

Recurro entonces a uno de los mejores conocedores, quizá, desde antiguo de Palacio para intentar siquiera aproximarme a la realidad cruda y dura que se está viviendo en la primera familia española.

-El Rey está muy solo desde hace tiempo y tiene la sensación de que, a excepción de la Infanta Elena, el resto de la familia cree que la solución para la institución pasa por abrir la ventana y dejar que el tiempo nuevo salga al encuentro de la nueva España…

Nunca pudo imaginar el Monarca que los que creía sus antiguos amigos de antaño fueran hoy tan pocos y tan malos. ¡Si hasta la número dos del PSOE ha pedido “neutralidad” a la Corona en el proceso recién iniciado contra uno de sus miembros!