Cuando la condesa tomaba el té en Moncloa

He leído con toda atención la investigación publicada por este mismo diario respecto a las andanzas fiscales de la condesa de Gamazo, Ana Isabel Gamazo, señora (y muy señora) de don Juan Abelló, uno de los matrimonios más ricos y poderosos (fácticamente) de España.

Ni me sorprende ni me extraña nada de lo publicado. Hubo un tiempo (desde 1996 al 2004) en que doña Ana visitaba a otra Ana (Botella de Aznar) en Moncloa tarde sí y tarde también para tomar el té en palacio y se repartían los regalos. El matrimonio Abelló era altamente considerado en Moncloa, aunque luego el  expatrón de Mario Conde, se pasó con armas y bagages al zapaterismo rampante. ¡Por precio e interés te quiero Andrés! Bien es cierto que cuando se intuyó que el pobre muchacho de León tenía los días contados, el otrora señor de Antibióticos pidió perdón a la concurrencia PP e intentó a toda prisa volver al redil de la alta mamandurria.

A esos niveles, mis queridos amigos, nadie invita a bollos por nada. Del informe de los funcionarios de la Agencia Tributaria realizado aquellos años sobre la fortuna inconclusa del matrimonio Gamazo&Abelló, que al final quedó en nada por mor del gobierno Aznar nunca más se supo. Las coincidencias existen, claro. ¡Vaya si existen!

Me dicen, malas, resentidas y envidiosas lenguas, of course, que la antigua relación entre las dos damas principales ha vuelto a reeditarse ahora con una de las Ana en la primera poltrona municipal de Madrid.

Las damas encopetadas siempre tiran hacia el oropel.

¿Acaso alguien puede sorprenderse del descrédito de la llamada clase política y de la indignación de pueblo llano?

Definitivamente no.