Nacho (González) ya tiene contrincante

Las muchachas y muchachos de Alfredo Pérez Rubalcaba, léase Elena Valenciano y Óscar López, qué están teniendo que enfrentar unas circunstancias dificilísimas entre la incomprensión y en ocasiones la injusticia de sus propios compañeros, sostienen que necesitan tiempo para enderezar la herencia que recibieron dentro del Partido Socialista.

Recuerdan, por ejemplo, que el PSOE perdió 4,5 millones de votos en 2011 y la ‘herencia Zapatero’ sigue coleando.

Por si fuera poco, el talibanismo interno pone arena en el engranaje porque el secretario general intenta llegar a puntos de acuerdo con el Gobierno en una situación tan dramática como la actual; acuerdos que son pedidos y demandados por una inmensa mayoría de ciudadanos a los que las luchas internas en los partidos y el reparto de mamandurrias oficiales les importa tanto como una higa.

Sinceramente, creo que se merecen una oportunidad. Ya no habrá milagros al estilo 14M. El poder hay que reconquistarlo ciudad a ciudad, plaza a plaza. Madrid, sin ir más lejos.

Si por Ferraz fuera, Tomás Gómez hace tiempo que estaría haciendo fotocopias en la Carlos III y su segunda, la brazo en alto Maru Menéndez -los hijos nunca deben cargar con las culpas, si las hubiera o hubiese, de los padres- contando el dinero de su liberado compañero. Por ahí no ven alternativa posible al poder popular en la Comunidad de Madrid. Y en Madrid se la vuelven a jugar los socialdemócratas; son conscientes, muy conscientes.

Daría la impresión, es más, la da, que Ignacio González tendrá que enfrentarse al diputado nacional Pedro Sánchez, que ya visita todos los platós televisivos con éxito de crítica y público. Sánchez no insulta, utiliza la calculadora, que para eso es economista, no tiene iglesias refractarias y se conduce como persona cabal que podría recoger el desencanto que genera el ejercicio del poder en circunstancias de austericidio.

Atentos a la pantalla porque Madrid tiene un alto componente político de arena movediza.