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‘Show Wert’: cuando todo dios toma un ministro a chacota
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Graciano Palomo

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‘Show Wert’: cuando todo dios toma un ministro a chacota

Las imágenes de los mejores alumnos españoles ‘arrancando’ sus diplomas de la mano del ministro es una de las cosas más graciosas (eterna celtiberiashow), impertinentes y

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‘Show Wert’: cuando todo dios toma un ministro a chacota

Las imágenes de los mejores alumnos españoles ‘arrancando’ sus diplomas de la mano del ministro es una de las cosas más graciosas (eterna celtiberiashow), impertinentes y hasta groseras que jamás he contemplado en mi vida. Impertinencia con impertinencia se paga.

También José Ignacio Wert fue un alumno brillante en su día. Su currículum universitario en la Complutense es para enmarcar, pero ello no le habilita para ir de sobrado y perdonando la vida a los transeúntes. El presidente Rajoy tuvo sus razones para encargarle la decisiva cartera de Educación (colaboró con él leyendo encuestas electorales cuando habitaba en la Oficina Central del PP), pero tengo para mí que sus procederes y sus charcos no deben ser del agrado del gallego.

En el PP no sólo entienden ese sentido jacobino nada sutil de Wert, sino que lo comparten. Y lo tienen que compartir todos aquellos que demandan un Estado sólido por encima de cualquier “asentamiento” que es lo que persiguen los rupturistas. Pero la política es también gestos, imagen y comportamientos personales. Ser ministro de España no significa necesariamente comportarte como el más chulo del barrio, especialmente si no hay causa.

¡Quizá vaya siendo hora de que el presidente suelte lastre si es que no quiere que la riada se lo lleve a él! Wert no puede ir a los premios de la Academia de Cine sin que Eva Hache se gane unos buenos euros a su costa; no puede asistir a un partido de fútbol sin que le estallen los oídos; no puede dar una conferencia a la universidad porque le montan el pitote y tampoco puede asistir acompañando a los Reyes al Premio Cervantes sin que le hagan feos. O que los consejeros de Educación del PP en los distintos gobiernos autonómicos te den plantón porque te dedicas a ningunearlos, algo muy propio del que sus compañeros de militancia denominan “prepotente sin causa”. Ni siquiera su viejo amigo y protector Iñaki Gabilondo parece ya darle cobertura.

El consejo viene de China: cuando no te hablas con el vecino del primero, del segundo y del quinto, cambia de domicilio.

Además, el susodicho no tiene ningún problema para pagar la factura de la luz. Al PP le facturó una buena morterada a propósito de sus asesoramientos en materia sociológica desde el 2005, honorarios que, sin duda, están más que justificados.

Habrán observado que no he hecho ni una sola referencia a su vida privada que privada es siempre y cuando no utilice para ese menester recursos públicos. Y no me consta.

Las imágenes de los mejores alumnos españoles ‘arrancando’ sus diplomas de la mano del ministro es una de las cosas más graciosas (eterna celtiberiashow), impertinentes y hasta groseras que jamás he contemplado en mi vida. Impertinencia con impertinencia se paga.