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La Trini, que lo ignora casi todo
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Graciano Palomo

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La Trini, que lo ignora casi todo

Que un tal Picardo (con P de pirate) intente pavonearse porque es el ministro/principal títere de la última colonia de Europa -que debía llenar de oprobio

Foto: ESPAÑA REINO UNIDO
ESPAÑA REINO UNIDO

Que un tal Picardo (con P de pirate) intente pavonearse porque es el ministro/principal títere de la última colonia de Europa -que debía llenar de oprobio a los colonizados y a los colonialistas que se permiten luegoel lujo de ir por el mundo dando lecciones de ética y diplomacia- está dentro de lo normal dentro del cinismo del ancestral british man.

Que un tal Bosch (Alfredo/ERC) intente zaherir la soberanía española con más de cinco siglos de existencia con ocasión y sin ella y al mismo tiempo ofender (por precio) el mínimo sentido del Estado y cualquier moderado patriotismo poniéndose del lado de las autoridades títeres gibraltareñas que amparan el narcotráfico, el contrabando, la evasión fiscal, el arrope de tramposos y delincuentes internacionales, que apuntalan delitos contra el medio ambiente y perpetran asaltos contra el pan de humildes pescadores españoles y se ponen a defender una colonia, puede entenderse dentro de ese particular sueño equinoccial de esos dirigentes ultrafachas que van de izquierdas y, en el fondo, no son otra cosa que unos reaccionarios medievales de singulares vuelos gallináceos.

Pero que Trinidad Jiménez, que fue ministra de España (con Zapatero, claro), hable de Gibraltar por cuenta de un partido tan importante como el PSOE, que un día, otro año, el siglo del más allá, tendrá que volver a regir los destinos de la nación, y lo haga olvidando que la soberanía de la Roca ha sido siempre desde hace más de 300 años un 'objetivo nacional'con la monarquía, las dos repúblicas, con Manuel Azaña, el franquismo, la restauración democrática, con Suárez, Calvo Sotelo, Felipe González, Aznar -con Zapatero no, evidentemente- y ahora con Rajoy es para darse cuenta de en qué manos está una formación socialdemócrata que es básica para los propios intereses de la sociedad española.

Después de haber oído a Pérez Rubalcaba secundando al Gobierno en una operación de acoso a los acosadores ver ahora a esta muchachita imberbe (políticamente) exhibiendo una ignorancia a la par con su sonrisa simplona y complaciente permite dar respuesta a la pregunta de por qué el PSOE está como está estando el gobierno del PP como lo vemos.

Gibraltar, señora Jiménez, no sólo es un puerto de hampones internacionales que da refugio a los evasores que el PSOE dice perseguir (Luis Bárcenas incluido), al parecer de boquilla, es que antes que nada es una CO-LO-NIA. Esto lo sabe cualquier muchachito de primaria, Plymouth incluido. Esta señora antes que socialista de salón debería resultar una persona medianamente leída, mucho más cuando siempre se ha querido dedicar a los temas internacionales.

Una de las grandes ventajas que nos lleva el Reino Unido es que entre sus diplomáticos profesionales y sus dirigentes políticos no tiene personajes como doña Jiménez, que empieza por hablar por boca de gansa y luego antepone cualquier manido cliché pseudoprogre a la realidad que impera en el mundo.

Ahora que están tan de moda los cursos de formación impartidos por el sindicato hermano (UGT), que se financian gratis y a costa del contribuyente, a ver si el compañero Méndez (Cándido) le da una beca a la compañera Trini acerca, por ejemplo, de cómo fue lo de quedarse la UK con Gibraltar. Sobre este asunto hasta puede ejercer de profesora Bibiana Aído… O cualquier muchacho (a) de la EGB granaína que sepa pulsar la tecla de Wikipedia…

Lo que natura no da, Salamanca no presta. ¡Qué nivel, Maribel!

Que un tal Picardo (con P de pirate) intente pavonearse porque es el ministro/principal títere de la última colonia de Europa -que debía llenar de oprobio a los colonizados y a los colonialistas que se permiten luegoel lujo de ir por el mundo dando lecciones de ética y diplomacia- está dentro de lo normal dentro del cinismo del ancestral british man.

Gibraltar Luis Bárcenas