Para que Wert vuelva con Arriola y Prisa

Agitar la adarga sobre la cabeza del moro moribundo nunca me pareció de caballeros, ni siquiera conlleva un cierto touch of class.

Pero el susodicho pupilo de Pedro Arriola se empeña en conjurar a todos los vientos y excitar -nunca mejor dicho- todas las tempestades. El sujeto -sujetos más bien- no hubiera durado ni media hora en un modelo democrático -por ejemplo, el alemán- donde el parecer tiene que ser igual al ser y viceversa.

Puedo escribir y escribo que no hay estamento en el partido en el gobierno ni resquicio en el propio Gobierno que no esté hasta el mismísimo gorro de un titular de Departamento que cada vez que habla sube el pan y menguan los votos. Y no es que no se comparta mucho o casi todo de lo que dice o propone, no. ¿Quién en su sano juicio no puede estar de acuerdo en establecer una mínima “cultura del mérito” en el sistema educativo? ¿Quién no va a secundar que la Nación Española tiene que tener parámetros comunes en todo el territorio nacional?

Pero es que antes que ministro hay que ser persona (educada a ser posible), ciudadano y ser exportable. Como mera conquista de la civilización.

Me consta que los dirigentes del PP están como locos porque José Ignacio Wert y su par Monserrat Gomendio recojan a la mayor brevedad posible sus enseres personales del caserón de la calle Alcalá. Y los primeros, el resto de los altos cargos (algunos de la etapa PSOE, fundamentalmente al lado de Gomendio) del Ministerio.

Wert no tendrá problema para hacer frente a la factura de la luz y mucho menos ahora que ha emparentado con su número dos. Porque le esperará con los brazos y la sociedad instrumental abierta Pedro Arriola y sus antiguos protectores y clientes del Grupo Prisa. Tampoco fue manco en sus facturas remitidas al cuartel general del PP en la calle Génova 13. ¡Una pasta! Si después de lo del Erasmus no ha tenido la vergüenza torera de escribir una carta con el membrete de “irrevocable” es que el añejo conspirador democristiano no tiene solución.

Lo del Erasmus fue lo penúltimo. Porque lo último ha sido que la señora Gomendio, todavía en su calidad de Secretaria de Estado de Educación y subida en coche oficial, ha arremetido contra Cristóbal Montoro al que hace responsable del patinazo anterior.

¿De dónde han cooptado a políticos semejantes? ¡Angel (Gabilondo), vuelve que nos arrepentimos!