Rajoy pasa de ‘las mentiras’ de Aznar

El tercer tomo de memorias del ex Aznar -600.000 euracos del ala, ¡vaya negocio, Lara! -han servido una vez más para que el empleado de Borja Prado y Rupert Murdoch sustancie su bilis contra la persona que eligió como sucesor a título de franquito y para demostrar, una vez más, que la realidad fue por un camino y lo que le hubiera gustado al mandatario, por otro.

No seré yo el que niegue el pan y la sal al presidente de FAES -porque Rajoy quiere-, ya queal fin y al cabo todos lo llevamos en volandas aunque sin percatarse de que pronto terminaría por creerse que era de verdad lo que nunca fue.

Como decía, su acuerdo editorial con José Manuel Lara -principal beneficiado de la venta de Admira-Onda Cero, Antena3- consistía en ofrecer tres libros en los que recogiera su vida y obra. Y naturalmente sus impresiones. De lo último hay mucho; datos pocos, escasos y algunos mentirosos.

Me van a permitir la petulancia: conozco a JMA mejor que nadie y a estas alturas a mí no me las da con queso, entre otras cosas, porque yo no soy uno de sus muchos deudos “made in Buruaga”.

En este último tomo ni siquiera se refiere a cómo conoció a Francisco Correa (Gürtel), ni a Álvaro Pérez (“El Bigotes”) ni cómo cooptó a Jorge Dezcallar al frente del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), ni por qué colocó al frente de la Secretaria de Comunicación a un incompetente manifiesto como se demostró el 11-M.

Escribe sobre una “mente malvada y cercana” pero en privado habla de las montañas marroquíes para inspirar la trágica matanza de Atocha. Se olvida de nombres tan sonoros como los de Villalonga, Blesa, Jaume Matas (que él sentó en la mesa del consejo de ministros por inspiración directa de Zaplana) y tampoco dice nada acerca de por qué sostuvo a Luis Bárcenas y, sobre todo, por qué el presidiario no hace referencia para nada a él y su familia cuando la ha emprendido ferozmente contra la actual secretaria general María Dolores de Cospedal.

También tiene una inquietante amnesia acerca de las gestiones que hizo y hace para colocar en grandes empresas privatizadas durante su poder a sus particulares pelotas compulsivos, algunos de los cuales le sirvieron con obscenidad lewinskyana.

Aznar debería haber escrito el nombre de esa “mente malvada y cercana” y haber asumido que, como mínimo, es el máximo responsable político de casos como Gürtel y Bárcenas en lugar de hacer que se coman ese marrón los Rajoy y Cospedal. ¡Él, que tanto presume de valentía, determinación y coraje!

El presidente en ejercicio ha optado por el desdén para recibir la nueva andanada de su antiguo protector. Quizá esté pensando ya en mandar a paseo a esos cuates a los que Aznar deja que utilicen su nombre para desestabilizar -romper lo intentan, pero no pueden- el PP, partido curiosamente que fue formidable en su organización y su potencia máxima durante los mandatos de José María.

¡El rencor es siempre un boomerang incontenible! A ver cuánto le dura la presidencia de FAES, que en ocasiones olvidan que es propiedad del partido no de Fazmatella S.L. Aznar te pide coraje, Mariano. Hazle caso por una vez y empieza por él.