Bronca de Rajoy por la subida eléctrica

El presidente estaba asistiendo en Bruselas al último Consejo Europeo cuando recibió cabal información sobre la subida del 11% del recibo de la luz que tenía al país revolucionado.

El enfado de Mariano Rajoy lo pudieron describir las personas que rodeaban en ese momento al jefe del Gobierno, incluido el jefe de la Oficina Económica de Presidencia, Álvaro Nadal. La bronca iba también destinada a su hermano gemelo Alberto que, como todo el mundo sabe, es el secretario general de la Energía y, como el ministro Soria, no se enteró del misil que las eléctricas&company les metieron por toda la escuadra.

No es fácil que Mariano Rajoy pierda los estribos, en esa condición de persona radicalmente templada, precisamente uno de los principales “inputs” psicológicos del actual primer ministro. Pero ello no fue óbice para que se percatara de inmediato que la “burrada” eléctrica anunciada era un golpe letal a sus posibilidades de supervivencia y un deshonor para cualquier ejecutivo que se precie.

Ordenó de inmediato a José Manuel Soria que pusiera fin “por todos los medios” al desatino porque el presidente dijo no estar dispuesto a que le ganaran el pulso un grupo de intereses acendrados que llevan tiempo dando el coñazo y de paso le imposibilitara per se para poder revalidar su poder soberano en las urnas. Unas horas antes el “electrocutado” canario había dicho que no podía hacer nada ante el gol grandioso del lobby que encarnan a la perfección Ignacio Sánchez-Galán, Borja Prado y los Benjumea, entre otros. ¡Pero pudo cuando se le empujó!

A estas alturas del recibo de la luz ya saben todos que Soria, que aprovechó en su momento certera y oportunistamente la relación familiar de Mariano en las islas, es un miembro del Gobierno que tiene fecha de caducidad, o lo que es lo mismo, billete de vuelta a Las Palmas.