A Gallardón le toman a chacota

En una semana han sucedido estas cosas en la Administración de Justicia.

-El juez Pedraz decide no acatar una ley aprobada en el Parlamento.

-El exjuez Garzón jalea a su excompañero y acusa a todos los diputados del PP de cometer un delito.

-El juez (apartado) Elpidio Silva decide montar un partido político llevando de número dos a un abogado chileno (Gonzalo Boyé) condenado a diez años de cárcel por prácticas terroristas a favor de ETA (secuestro de Emiliano Revilla).

-Un fiscal en ejercicio de la Audiencia Nacional, Carlos Bautista, se enmascara cobardemente tras un perfil falso de Twitter para poner a caldo a jefes, jueces, políticos y todo el que se cruza ante la falta de reacción inicial del CGPJ.

-El presidente del CGPJ, Carlos Lesmes, el amigo y protegido de Gallardón, consigue nombrar a un juez del extercer turno ya extinto, en la persona de José Ramón Navarro Miranda -del que sus compañeros dicen es un buen juez pese a su extracción- que naturalmente cuenta con el apoyo del lobbyjudicial canario en Madrid que encabeza Rafael Fernández Valverde, a su vez, apadrinado políticamente por el ministro de Industria, José Manuel Soria.

-La juez Biurrun no consigue la autorización del CGPJ para compatibilizar su responsabilidad judicial con el acompañamiento de proetarras en una de las muchas mesas vascas por la paz.

Y paro porque no me queda espacio. La impresión por las Salesas es que a Ruiz-Gallardón y al fiscal general Torres Dulce se les están subiendo a las barbas.

Lo más importante: la valoración ciudadana respecto a la Justicia empeora día a día.

¿Les sorprende?