Las bofetadas por el maná del Golfo

Si antes el lobbydoméstico significaba entre las grandes empresas de infraestructuras bailar el agua al ministro(a) de Fomento de turno porque el AVE necesitaba muchos kilómetros o las autovías eran un chollo -de pantanos, ni hablamos, ya ni siquiera se inagura un maldito embalse-, ahora la cosa está a orillas del Golfo Pérsico donde dicen que atanlos perros con longaniza.

14.000 millones de euros son un alivio para cualquiera. Nada tiene de extraño que las idas y venidas del Rey y ministros del ramo traigan de cabeza a FCC, ACS, OHL, Acciona, Sacyr y demás compañeros mártires. El jamón pata negra está a punto de cortarse aunque los islámicos hacen ascos mahometanos a la pieza.

Saben muy bien los señores del IBEX que gran parte del cuchillo jamonero lo tienen las instituciones del Estado porque en esos países saben muy bien lo que es el boletín oficial y el mando institucional por encima de cualquier título de Harvard.

El Rey es el Rey y después de lo andado ya no se fía de ni de su edecán principal. Tiene meridianamente claro que su rol es en defensa de España y sus intereses y que luego venga la 'política'a repartir y a quien Dios se la dé San Pedro se la bendiga. Ello no es óbice para que de cuando en vez susurre al oído de los amigos fieles de siempre que no le han apuñalado al menor contrapié.

Y del Rey abajo, el Gobierno. Antes podía ser el ministro de Industria, el de Fomento... Todo eso ahora también más el de Asuntos Exteriores, José Manuel García Margallo, que es muy mirado para sus cosas y sus competencias.

De modo y manera, queridos amigos, que por ahí tienen ustedes a los señores del jurdó deambulando de un departamento a otro en busca de la pole positionporque en cuanto te descuidas te birlan la merienda.