Superviviente, Cañete, un lince

Todo el mundo, menos Soraya Rodríguez -está en su papel- distingue las bondades de Miguel Arias Cañete como candidato al Parlamento Europeo y de paso a la Comisaría de Comercio, que no es moco de golondrina. Es un auténtico veterano de la política y en las filas de AP/PP cuyas habilidades le han permitido resultar un superviviente del aznarismo -de los escasos que quedan vivitos y coleando- que se ahormó rápidamente al zapato Rajoy cuando el cierzo empezó a soplar en otras latitudes.

Hay muy pocos dirigentes del PP actual que puedan gozar de la confianza del primer ministro en ejercicio y al mismo tiempo darse el pico en público con la particular 'bestia negra' en la que se ha convertido para el oficialismo popular el señor de FAES.

Porque resulta un tanto chocante que un elemento tan crítico en general con el Gobierno y específicamente con su presidente haga en público talesgestos de amor correspondido con don Miguel, como si la amistad pudiera diferenciar que formó hasta casi ayerparte del mismo Gabinete, y parte importante, de la generalidad que él fustiga con tanta ira como resentimiento.

Es el hombre encargado por el presidente para relanzar el “España va bien”, entre otras cosas, porque Arias Cañete se aprendió la lección en cuatro años (2000-2004) y de alguna manera es el ministro más exitoso en términos contables de todo el Gabinete al que pertenecía hasta hace dos días. El asunto es que también Arias Cañete es amigo personal y de toda confianza de Rajoy y hasta hace unos días el ministro mejor valorado.

El hecho cierto y nada fácil de conseguir es que en la planta séptima de Génova 13 y en los aledaños presidenciales de Moncloa están “encantados” con el tándem Cañete/Pons durante los primeros días de rodaje en busca de una victoria en las elecciones europeas. “Se complementan”, subrayan. Lo que está fuera de toda duda es que la campaña ad hoc lanzaba por el PSOE contra el candidato popular a propósito de intereses empresariales ocultos, Austin Coopers y Morgan, etc.-a lo que tienederecho el partido en la oposición, por supuesto-, no hace ninguna mella en la piel del electorado de centro-derecha.

Lo dicho: un hombre barbado, regordete, irónico, divertido, cachondoy entrado en años que sirve para todas las estaciones. Que en estos tiempos resulta una eternidad.