Génova 13: las pilas se cargan en verano

El presidente Rajoy abrió la espita de la regeneración ética y política en la reunión de la pasada semana durante el Comité Ejecutivo del PP apuntando varias reformas en relación con el actual sistema político: elección de alcaldes por vía directa, aforados y otra serie de medidas que todavía no se han explicitado y que sus técnicos/políticos parecen estar en ello.

El equipo de la secretaria general María Dolores de Cospedal tiene el encargo de trabajar magnis itineribus para llegar al 1 de septiembre con los papeles en regla, corregidos, tabulados y encuadernados. Pero la necesidad obliga. Muchos ‘barones’ y alcaldes de grandes ciudades, amparados por la gaviota y que llevan años al mando de sus distintos dicasterios, están que bufan por la tardanza en poner en marcha el proceso de elección y nominación de cargos de cara a las elecciones autonómicas y municipales que están ya a la vuelta de la esquina. “Debemos aprender de lo ocurrido el 25-M”, sostienen, pero al final la decisión depende de una sola persona que es la que marca los tiempos, las coincidencias y las conveniencias.

El anuncio del presidente extremeño Monago es todo un síntoma. Ni verso suelto, ni leches: quiere simplemente ganar las elecciones en su tierra.

El PP no lo tiene fácil. Necesita mayorías absolutas para seguir en el machito en muchos puntos de España. Tiene un inconveniente: el desgaste producido por la acción de gobierno y las sospechas que se generan de sus grandes casos de corrupción (Gürtel y Bárcenas) que corresponden a otra etapa de dirigentes en el PP. Pero da lo mismo, el marrón se lo están comiendo Rajoy y Cospedal.

A favor, la inexistencia a día de hoy del Partido Socialista como única vía posible de alternancia en el poder y también la larga sombra de los muchachos de la coleta, que convenientemente agitada –como propone Pedro Arriola- puede movilizar a un electorado de centro derecha desanimado, confuso y profundamente cabreado con los teóricamente suyos.