Los temas clave para el pacto de Estado

El gran reto de Pedro Sánchez (el cambio de imagen de la izquierda moderada o, si quieren, de la socialdemocracia ha sido total) es que tiene que cambiar las cañerías al mismo tiempo que del grifo tiene que continuar saliendo agua.

Hacerse con el control de la izquierda desde la moderación requiere un equilibro complicado en el alambre. Para hacerse con el control de la mayoría de la izquierda e intentar desactivar el radicalismo tiene que enunciar medidas rompedoras y hasta populistas. Pero al mismo tiempo para no perder la credibilidad entre el electorado de centroizquierda y los sectores moderados –claves absolutamente para alcanzar el poder que es de lo que se trata- tiene que oficiar en la práctica lo que predica: los intereses generales del país están por encima de los partidos. Razón lleva. Siempre ha sido más fácil la prédica que dar harina.

Hay no más de media docena de asuntos en los que debería suscribir acuerdos con el centro derecha de Mariano Rajoy. El primero, por supuesto, mantener sí o sí la unidad constitucional y territorial de España; el segundo, un gran acuerdo que permita crecer la economía y el tejido productivo; el tercero, un gran pacto para restablecer las clases medias que son las que han dado estabilidad y progreso; el cuarto, perseguir a toda costa la limpieza de la vida pública y de las instituciones. Incluso creo que este punto tendría que ir en primer lugar.

Descartado, por ahora, un gobierno de coalición -me pregunto qué maldición tiene España para no poder siquiera plantear el tema sin vendavales- los dos principales líderes políticos del país ganarían mucho ante los ciudadanos contribuyentes sustanciando pactos de la naturaleza descrita anteriormente.

Ya sé que es difícil. ¿Y qué?