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Montoro los saca de quicio
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Graciano Palomo

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Montoro los saca de quicio

El titular de Hacienda ha cumplido con su misión de sacudir el bolsillo de los ciudadanos e intentar arreglar las maltrechas administraciones públicas

Foto: El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro. (Efe)
El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro. (Efe)

Han intentado convertirle, y de alguna manera lo han conseguido,en el pim-pam-pum de una gran parte de la opinión púbica y, naturalmente, de la publicada, especialmente de aquel sector que debería tener en cuenta algunas cosas y que España es un Estado de derecho, no un asentamiento donde se la lleva el que más rápido desenfunda.

Conozco lo suficiente a Cristóbal Montoro como para poder escribir que asumió de buena gana –pese a la apariencia de “hombre de negro” es de lo más divertido en la “intimidad”, que diría el otro–el rol que le encargó el presidente. Un papel que no era otro –dada la herencia–que sacudir el bolsillo de los ciudadanos e intentar poner en solfa (dentro de un orden) las maltrechas administraciones públicas que padecemos en calidad de contribuyentes y a la vez de administrados. ¿Que se podía haber hecho más? Sin duda, como todo en la vida. Pero los tres años de gobierno del centro derecha han venido a demostrar que es el jefe indiscutible del área económica y, a excepción de Rajoy y de Soraya, en su parcela es el “puto amo” de la barraca (Guardiola dixit). Su comparecencia última en sede parlamentaria para dar cuenta del “caso Pujol” pasará a los anales del Celtiberia show no tanto por la exposición del jienense sino precisamente por el papelón de la oposición, que trató al ministro como si fuera el “evasor” y al ex honorable como si se tratara de un incauto e imberbe boy scout subiendo la cuesta de la Moreneta. ¡Qué espectáculo!

Hasta el punto que una chica perfectamente descriptible de la cadena SER, ex de TV3 (of course), apellidada Barceló, dijo aquello tan glorioso ehistórico de que el Gobierno se ensaña cruelmente con don Jordi. ¡Fastuoso!

Que Montoro ha podido cometer o ha cometido errores es algo de natural con las dos carteras que luce. Pero de ahí a negar el extraordinario trabajo en un momento de telarañas en la caja publica heredadas de los socialistas teniendo que seguir abriendo las persianas de las administraciones a diario (colegios, hospitales, desempleo, carreteras, bla, bla, bla) me parece tan estulto como cruel, que diría la inmarcesible y flotante Angels.

La verdad es que los tiene, a unos y a otros, acojonados. ¡Qué espectáculo!

Han intentado convertirle, y de alguna manera lo han conseguido,en el pim-pam-pum de una gran parte de la opinión púbica y, naturalmente, de la publicada, especialmente de aquel sector que debería tener en cuenta algunas cosas y que España es un Estado de derecho, no un asentamiento donde se la lleva el que más rápido desenfunda.