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Interesa más una tertulia que el Parlamento
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Graciano Palomo

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Interesa más una tertulia que el Parlamento

Alguien ha dicho estos días que el gran cambio político se puede sustanciar en el hecho de que la gente ya no milita en partidos sino en medios de comunicación

Foto: Antonio Miguel Carmona.
Antonio Miguel Carmona.

Alguien perfectamente descriptible ha dicho estos días que el gran cambio político se puede sustanciar en el hecho de que la gente ya no milita en los partidos si no en los medios de comunicación, fundamentalmente en la televisión.

Puede que lleve razón, sin duda, aunque con matices. Pero es un hecho cierto que tras los éxitos de algunos dirigentes poco al uso, el modelo amenaza con extenderse de nortea sur y de este a oeste. Antonio Miguel Carmona, flamante candidato del PSOE a la alcaldía de Madrid, fue el primero que vio con nitidez que los tiempos pasaban por los rayos catódicos y el plasma. Luego llegó Pablo Iglesias, que ha sabido aprovecharse con astucia y determinación de la ingenuidad o estulticia de unos empresarios a los que la libertad de expresión les importa menos que un buen dividendo. Se trata de José Manuel Lara -un trotskista peligrosísimo como todo el mundo sabe- y de Silvio Berlusconi (versión Paolo Vasile, artista donde los haya),un demócrata y una persona íntegra como toda Europa está enterada.

Tampoco debe extrañar tanto porque al fin y al cabo La Sexta y Cuatro son criaturas mediáticas nacidas en las ascuas de aquel incomparable estadista que responde por el nombre de José Luis Rodríguez Zapatero y su más inteligente y multimillonario edecán, Miguel Barroso. Se trataba entonces de dotar al zapaterismo de una gran plataforma televisiva con la que profundizar y extender su poder. Ocho años más tarde ambos canales tuvieron que ser rescatados por el poder político del PP e, irónicamente, han ido a acunar los sueños de Podemos entre el desdén suicida del centroderecha. Al fin y al cabo, las apariciones de dirigentes populares como Borja Sémper o María Arenales no dejan de ser testimoniales y sirven de excusa para justificar un inexistente pluralismo.

La batalla por la hegemonía en estos predios está entre el PSOE de Pedro Sánchez y los chicos de la coleta. Al PP ni está ni se le espera. Los resultados de ese desapego de la derecha a la hora de desarrollar una estrategia de comunicación moderna,tanto en televisión como en redes sociales, los recoge cada fin de mes Pedro Arriola en sus bien tabulados informes demoscópicos con intención de voto.

¡Cómo será que hasta el canal de Berlusconi se ha apuntado a montar circos políticos!

Alguien perfectamente descriptible ha dicho estos días que el gran cambio político se puede sustanciar en el hecho de que la gente ya no milita en los partidos si no en los medios de comunicación, fundamentalmente en la televisión.

Pedro Sánchez Silvio Berlusconi Antonio Miguel Carmona