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Los ‘cobardes anónimos’ de Cospedal
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Graciano Palomo

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Los ‘cobardes anónimos’ de Cospedal

Lo que no entenderé nunca es cómo la actual dirección del Partido Popular no se desmarcó hace tiempo de ese leviatán que es la corrupción de la época anterior

Foto: María Dolores de Cospedal. (Efe)
María Dolores de Cospedal. (Efe)

Lo que no entenderé nunca es cómo la actual dirección del Partido Popular, que es al fin y a la postre el partido en el Gobierno y la formación política más importante en número de toda Europa, no se desmarcó hace tiempo de ese leviatán de dientes perforadores que es la corrupción de la época anterior.

Ni me lo explican ni me lo explico. Ni Mariano Rajoy ni María Dolores de Cospedal han sido capaces, ni han querido, desmarcarse de unos casos tan letales que les pueden llevar a la sepultura. ¿Por qué? Sencillamente creo que por un exceso de generosidad mal entendida, porque ni ellos metieron a Luis Bárcenas yFrancisco Correa en el PP ni pusieron a Miguel Blesa en Cajamadrid. Son casos de corrupción marroneados que están deglutiendo sin pestañear. ¿No habíamos quedado enque cada palo aguante su vela? ¿Por qué tanto miedo al arrocet que continúa en la desenfilada aunque los inspectores de la Agencia Tributaria sigan buscando debajo de los balances, incluido, claro está, al ínclito y muy listo Alejandro Agag?

Cospedal tira con bala dentro de lo que puede, la pobre, que es lo que le dejan. A estas alturas de la peli todos se conocen como si se hubieran parido. Los enemigos internos no son los desmadejados(as) descolgados de FAES, léase Cayetana Álvarez de Toledo o Pilar Marcos, que son tan irrelevantes como sus votos personales -que no tienen-; ni siquiera los seguidores de Benigno Blanco en los llamados ‘Provida’, que son algunos más y más poderosos. Tampoco los ‘emergentes’ con ambición, que son tabulables y en espera de destino. El pulso se debate entre Moncloa y Génova 13 y si los puñales hicieran sangre la tentación del gallego sería hacer que otro gallego ocupase su sillón.

Lo de Esperanza se da por amortizado. En serio.

Lo que no entenderé nunca es cómo la actual dirección del Partido Popular, que es al fin y a la postre el partido en el Gobierno y la formación política más importante en número de toda Europa, no se desmarcó hace tiempo de ese leviatán de dientes perforadores que es la corrupción de la época anterior.

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