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Albert Rivera no quiere jugar a las damas
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Graciano Palomo

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Albert Rivera no quiere jugar a las damas

Tuve ocasión en la noche del viernes de que Albert Rivera, líder de Ciudadanos, me relatara in person y sotto voce los pormenores de su reunión con Rosa Díez

Foto: Reunión de Díez y Rivera. (Efe)
Reunión de Díez y Rivera. (Efe)

Tuve ocasión en la noche/madrugada del viernes de que Albert Rivera, líder de Ciudadanos, me relatara in person y sotto voce los pormenores de su reunión en el Eurobuilding con Rosa Díez en el malogrado intento de hacer una joint venture para situarse como comodín de la vida pública y política, es decir, decidir el poder en la vieja y cuarteada nación española.

Justo en medio de la conversación recibe un mensaje de Pedro J. -¡cómo podría faltar el riojano de todas las salsas!-, lo que da ocasión a un tercer presente a recomendarle a Rivera: “Si tienes el apoyo de éste, date por jodido… A todos los que ha apoyado les ha mandado a la tumba…”

Lo sustancial. Albert está convencido de que antes de que cante el gallo la 'tercera vía'se abrirá paso en la España moderna y constitucional y su opción, es decir, él, jugará un rol sustancial en tiempos venideros. Es un líder en el sentido anglosajón de la palabra, esto es, realista, ambicioso, claro, directo y brillante.

Dicho en román paladino (versión Rivera): Rosa quiere seguir jugando a la comba en el patio de su casa y yo quiero izar el mástil everyday. A mi entender, Díez podrá encontrar algún acomodo en los amplios salones populares y Albert desea batirse en duelo desde presupuestos de modernidad y autenticidad, ¡caiga quien caiga!

Le argumento al joven rapsoda de la unidad nacional y del Estado fuerte que aquí desde el inicio mismo de la Transición -¡que admira desde el sentido crítico!-se ha necesitado al menos un transportín para recabar votos y voluntades. A lo cual contesta que los tiempos han cambiado mucho y que se puedemovilizar apoyos simplemente con una tablet. ¡Ojalá! Pero le advierto que mientras no tenga representación en la Ribera del Duero se puede dar por jodido. Ahí empezó Aznar, precisamente.

Creo que a Mas le ha salido un grano y a Rajoy, un competidor. Y es posible que a España, como tal, un espadachín con requiebros. Se ha puesto de moda Águila Roja.

Tuve ocasión en la noche/madrugada del viernes de que Albert Rivera, líder de Ciudadanos, me relatara in person y sotto voce los pormenores de su reunión en el Eurobuilding con Rosa Díez en el malogrado intento de hacer una joint venture para situarse como comodín de la vida pública y política, es decir, decidir el poder en la vieja y cuarteada nación española.

Rosa Díez Política