¿Soraya? ¿Cospedal? Puede que Rajoy

Es la pregunta del millón un millón de veces repetida en todo aquel aquelarre que se precie en Madrid. ¿Tiene futuro el Partido Popular? ¿Quién estará al mando ante el desgaste de su actual comandante en jefe? ¿Soraya Sáenz de Santamaría? ¿María Dolores de Cospedal?

Lo único que me consta fehacientemente es que el centroderecha existe en España. Y va a seguir existiendo. Lo mismo que el centroizquierda y con iguales posibilidades, tal y como reflejan los últimos 40 años de la más reciente historia de España.

El desgaste del presidente Rajoy es algo que se puede tocar, incluso, describir. Pero es el que está al timón. Y en el espectro del PP su trabajo es valorado considerablemente aunque naturalmente ha tenido que dejar muchos pelos en la gatera al hilo de una herencia brutal, una crisis descomunal y los propios errores. Pero ha salvado a España del averno y esto es algo que también intuye y valora esa mayoría silenciosa que no grita ni gesticula y se transforma en no sabe/no contesta cuando las encuestas llaman a su puerta.

Tengo para mí que si observa un resquicio donde puede revalidar su poder -aunque no sea por mayoría absoluta- volverá a presentarse y, si llega a la conclusión de que se ha convertido en un problema para su partido y su país, hará mutis por el foro con el mismo sigilo y pudor que le resulta tan inherente.

Soraya Sáenz de Santamaría ha demostrado durante estos tres años lo que se puede hacer con el poder. Es la persona más valorada del Gabinete y su vicetodo ofrece resultados muy positivos para el quehacer gubernamental. Cae bien por lo que sea y si se desembaraza de algún abogado del Estado olfateará mejor el olor que sale de los surcos cuando cae la lluvia. Porque ni es una pija al uso ni una estulta que se cree de verdad. Es una castellana estajanovista que ha demostrado saber sufrir y callar al mismo tiempo.

¿Cospedal? Tiene un reto decisivo dentro de seis meses. Le ha tocado bailar con los más feos (y cabrones) en el cuartel general 'popular' y, llegados hasta aquí, su futuro está en manos de los manchegos y alcarreños. Tampoco la perdería de vista. Oiga, así es la democracia.