Los neocomunistas se degüellan: ‘pijos’ contra ‘clase’

Debo decir que hacía muchos años –desde los tiempos de UCD– que no veía a conmilitones políticos repartirse tanta cera como la que puedo describir en Izquierda Unida de Madrid. La diputada y portavoz de Presupuestos en la Asamblea, Libertad Martínez, llegó hasta los estudios de La Tarde en 24 Horas para darle una mano a Tania Sánchez, vencedora de las primarias para ser presidenta de la CAM, a la que acusó de “pija”, entre otras lindezas.

Porque la diputada que aspira y a la que acusan de ‘submarinear’ a favor del partido de su novio cree que a la vieja guardia se la tiene que llevar la corriente, mientras que esa vieja guardia –con Libertad, Gordo y Pérez al frente– entiende que la exconcejala de los pisos VPO tiene pavor a que la investiguen. El vacío de poder existente en la coordinación general de IU en Madrid coadyuva al navajeo brutal y cainita que amenaza con una guerra civil en toda regla. Todo ello bajo la larga sombra de Podemos.

Bien mirado, desde que Marx y Engels pusieran en marcha la formulación comunista, en la práctica todas las organizaciones de este jaez han depurado sus contradicciones internas con purgas más o menos violentas. No es el caso porque tampoco estamos para esos tiros.

Lo cierto y descriptible es que dentro de Izquierda Unida –¡al fin y al cabo al bueno de Cayo Lara le arrojaron por la ventana por 'viejo'y 'cateto', esta es la verdad, cuando llevó a caboun trabajo dificilísimo y dignísimo al frente de IU durante los últimos años- se vive un sinvivir ante los resoplos continuos de exmiembros que ahora prefieren Finlandia o Dinamarca para autodefinirse políticamente aunque acto seguido bailan un sirtaki colgados del brazo de Alexis Tsipras, con un par.

Lo dicho. A comienzos del próximo año la competición en la derecha será el PP en solitario o cuasi. En la izquierda habrá tres: PSOE, IU y Podemos. Si es que alguno de ellos subsiste para entonces.

¿Puede extrañar, por tanto, que Pedro Arriola esté feliz?