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Esperanza Aguirre, inevitable
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Graciano Palomo

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Esperanza Aguirre, inevitable

Me ha sorprendido de nuevo el revuelo que la lideresa Aguirre ha levantado, una vez más y fiel a sí misma, ofreciéndose a Mariano Rajoy

Foto: Esperanza Aguirre se postula como candidata. (Efe)
Esperanza Aguirre se postula como candidata. (Efe)

Me ha sorprendido de nuevo el revuelo que la lideresa Aguirre ha levantado, una vez más y fiel a sí misma, ofreciéndose a Mariano Rajoy para lo que fuere menester, esto es, para ser candidata a la alcaldía de Madrid, puesto al que siempre echó el ojo desde su viejos tiempos de concejala donde empezó su rutilante carrera política.

No veo nada nuevo en el ofrecimiento salvo la premura del envite. Tengo para mí que el presidente -del PP y del Gobierno, no olvidarlo- le hará esperar unos días más -no muchos- para confirmarle en el empeño bajo pretexto de que necesita conocer los últimos datos sobre los sondeos demoscópicos encargados ad hoc.

Esperanza quiere ser alcaldesa y Rajoy no tiene inconveniente… si se le convencen de que puede mantener mejor que otra candidato (a) el imperial Ayuntamiento capitalino. Porque, pese a interpretaciones bobas de los que desconocen profundamente al jefe del Ejecutivo, Rajoy es todo menos un talibán que se conduzca por si una persona le cae bien o mal. Lo archiva todo en su cerebro de opositor, pero no se conduce -y menos en sus actuales circunstancias de poder fáctico- por esos derroteros.

Eminentemente pragmático, Mariano Rajoy se decidirá por Aguirre, pero no porque le gusten o disgusten sus críticas, sino porque considera que es la mejor para tratar de aguantar Madrid después de que Ana Botella haya dejado la ciudad hecha unos zorros. ¡Menudos caprichos tan caros que tiene la señora de Aznar! Y eso que dice querer al PP como si fuera el pequeño Nicolás.

En la planta séptima de Génova 13 están seguros de que la lideresa podrá meter la pata y va a recibir obleas como panes, pero también de que es capaz de aglutinar todos los votos de centro-derecha a la derecha sin discusión. Dicho de otro modo, que el PP de Aguirre podrá contar hasta con el antiguo voto de Salvador Monedero, el viejo militante del PP que el el 25-M se fue para Vox.

Me ha sorprendido de nuevo el revuelo que la lideresa Aguirre ha levantado, una vez más y fiel a sí misma, ofreciéndose a Mariano Rajoy para lo que fuere menester, esto es, para ser candidata a la alcaldía de Madrid, puesto al que siempre echó el ojo desde su viejos tiempos de concejala donde empezó su rutilante carrera política.

Esperanza Aguirre Mariano Rajoy Juan Carlos Monedero