Rajoy, en manos de los ‘barones’

Han aguantado carros y carretas durante estos tres años y medio de Mariano Rajoy en el palacio de la Moncloa; pero ha llegado su momento y su turno. Los barones regionales (algunos han decidido optar a un nuevo mandato “por exigencias del partido y petición expresa del presidente”, como el castellanoleonés Juan Vicente Herrera o el riojano Sanz) le dejaron claro a su jefe de filas el pasado lunes, con su ausencia en el Comité Ejecutivo, que todo tiene un límite y que hasta ahí llegó el agua.

Ahora se juegan su futuro y su prestigio después de muchos años –en la mayor parte de los casos– pilotando los asuntos en sus territorios o en sus ciudades. Sólo asistieron Cospedal –¡qué remedio! – y Aguirre en plan aguafiestas, que más le habría valido encontrar una mala excusa.

Creo conocer algo las entrañas del PP y creo, modestamente, que con sus ausencias el pasado lunes producidas las mismas tras el enorme descalabro andaluz, le estaban reclamando al comandante en jefe (que como tal le han reconocido desde el 2004) un cambio de rumbo en el Gobierno y un apriete del acelerador en el cuartel general de Génova 13. Esos cambios tienen, para los ‘barones’ regionales y municipales, nombres claros. En la Oficina Nacional, el vicesecretario general de Organización y número dos, Carlos Floriano. En cuanto a los ministros tampoco hace falta explicitarlos porque están más que claros: José Ignacio Wert, Jorge Fernández y Luis de Guindos (aprovechando sus posibilidades en Bruselas). Habría otro nombre, pero no se atreven siquiera a mencionarlo porque Rajoy jamás cedería: Cristóbal Montoro.

Hay más responsables, a juzgar por lo que opina la generalidad de los mentados. No necesariamente tienen que ser ministros o formar parte del círculo interior en el partido. Apuntan directamente a los responsables de comunicación al considerar que es actualmente la principal asignatura jamás aprobada.

Les saca de quicio el tancredismo presidencial. A ellos y a todos.