Cuando tres magistrados bajaron de la nube a un expresidente

Si me dejara llevar por lo que me piden las vísceras ante la sentencia que tengo delante, en la que un magistrado y dos magistradas atizan un severo varapalo a la persona que sigue levitando y que se trata de un bien de estado...

Durante casi un año he tenido que beber la bilis –generalmente anónima y cobarde–de algunos de sus deudos claramente identificados. A final, una injusticia, aunque sea firmada por un juez de primera instancia, dura lo que dura, porque España síparece ser un Estado de Derecho.

Como han sido muchos los lectores y oyentes los que me han pedido que haga un comentario a la sentencia de la Audiencia Provincial de lo Civil de Madrid por la que se desestima la demanda de José María Aznar contra mi persona, lo haré, y acto seguido lo olvidaré para siempre.

Yo escribí en El Confidencial esto: "Los correos de Miguel Blesa ponen al descubierto que Aznar exigía contrapartidas". La sentencia de los tres magistrados no deja lugar a dudas: hubo respeto en mi artículo, no hubo insultos ni descalificaciones y sí hubo mucha información.

¿Qué es lo que buscaba Aznar con su demanda? Básicamente, que este modesto periodista –que le conoce mejor que cualquiera desde hace muchos años–dejara de dar información y contrastar opinión acerca de algunas de sus largas y sospechosas caminatas. Es más, lo pedía insistentemente al juez.

Ha ido a por uvas y ha salido vendimiado. Los magistrados se lo han recordado al expresidente del gobierno queviaja en un imponente coche oficial, conducido por un chofer que pagan los contribuyentes, rodeado de un ejército de guardaespaldas, que pagamos los contribuyentes, con sueldo, edecanes, despacho, secretaria y la rehostia.