Banco Madrid, del escándalo blanqueador a la obscenidad concursal

El juez Carlos Nieto, titular a la sazón del juzgado de lo Mercantil número 1 de Madrid, no puede desconocer lo que cien mil estafados en su confianza por los antiguos gestores de Banco Madrid están sufriendo en sus cartillas y en sus carnes. Ni puede desconocerlo y asume, al mismo tiempo, una gran responsabilidad al tener necesariamente que velar por sus intereses. Aquí es donde se distingue un Estado de Derecho de un asentamiento.

La gran mayoría de esos cien mil engañados está a punto de estallar. Y lo harán si Elvira Rodríguez y Luis Linde no lo remedian sobre las espaldas de un magistrado que ha entregado la administración concursal a una empresa bajo sospecha (Legal y Económicos SLP), propiedad de otro también bajo sospecha, Pedro Bautista Martin Molina, y como auxiliar delegado Data Concursal SLP. Dice tener sus oficinas en la calle Génova 15.1º Dª de Madrid, pero cuando se personan los afectados ahí no hay nadie o, en el mejor de los casos, alguien que ni siquiera habla castellano.

Al parecer, el tal Pedro Bautista Martin Molina está bajo la lupa de los investigadores de la UDEF. ¿No lo sabía esto el juez al encomendarle una nueva empresa a liquidar? ¡Qué cosas! ¡Qué cosas tan raras!

Están mandando cartas a los afectados que no tienen ni pies ni cabeza y, mientras tanto, la inquietud entre los pequeños ahorradores sube enteros e, insisto, puede estallar. Estos administradores concursales van a cobrar un pastón de los gordos -se habla de 4 millones de euros- y no han sido capaces de poner siquiera a una persona que informe a los afectados. Les trae al pairo.

Ponen fechas a las acciones cuando es algo que no les corresponde por ordenamiento jurídico y mientras tanto el juez Nieto silbando en la vía del AVE. ¡Acojonante, oiga!

A ver si los cien mil afectados han tenido que sufrir a unos blanqueadores indecentes y a unos gestores malvados -a ver si nos enteramos que otro juez, Andreu, por fin empura a José Pérez y Soledad Nuñez, entre otros, de una puñetera vez- y ahora van a tener que padecer a un juez distraído que ha puesto sus intereses en manos de empresas incapaces o avaras. Es lo que se malician miles y miles de ‘pillados’ en el último y colosal escándalo político/económico que ha supuesto Banco Madrid.

Me consta el esfuerzo inusitado que está haciendo la presidenta de la CNMV en aras de defender los intereses de ahorradores y depositadores. Pero la contundencia -incluso judicial y fiscal- se echa a faltar y, desde luego, la presión legítima a los concursales que no hacen su trabajo precisamente por altruismo.