Moragas ahora parece que manda

Jorge Moragas, diplomático de carrera y catalán en ejercicio, llevaba mucho tiempo esperando su momento. Dejar de ser la sombra del presidente, mejor dicho, continuar siéndolo, pero al mismo tiempo tener carta de naturaleza política.

El fiasco del 24M para el Partido Popular ha representado su gran oportunidad. El desconcierto que aquella amarga victoria produjo en la alta dirección popular obligó a Mariano Rajoy a volverse sobre sí mismo mientras se percataba de que la buena gestión en las cosas de comer no es suficiente. Con todos los peros que se quieran, al fin y al cabo Moragas está al timón en el siempre decisivo Gabinete de la Presidencia y, por muy romo que Rajoy sea para los cambios, el catalán lleva muchos años trabajando a su lado.

El PP necesita agitar su mercado. Evidente. Pero también necesita una aproximación siquiera a la estrategia teórica que había abandonado por completo. Pero para eso se necesita poder ejecutivo -siempre vicario en las grandes formaciones políticas- y capacidad para decidir sobre nombres, acciones y mensajes.

Es lo que parece estar oficiando ya el diputado catalán que desde los ya lejanos tiempos de Felipe González, en cuyo entorno era un fontanero sin pretensiones, por mor de alto funcionario en el Complejo de La Moncloa veía pasar el tiempo con su inevitable mochila al hombro. Él, que al fin y al cabo es un hombre de lecturas… básicamente en inglés.

Es la hora de Moragas, al menos mientras Rajoy esté al timón. Que todo se andará.