El curioso caso de Manuel Conthe

El verano ha pasado de puntillas sobre el rifirrafe entre la actual presidenta de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), Elvira Rodríguez, y Manuel Conthe, el eterno protegido y amigo de Pedro Solbes que fue responsable de la CNMV durante los tres años que van de 2004 a 2007, esto es, en plena etapa Zapatero.

La UDEF viene investigando una trama de corrupción (Operación Parqué) sobre dos expedientes iniciados por el supervisor en el año 2005 y 2011 a la sociedad gestora de carteras, Vetusta -la base de su gestión estaba residenciada en Irlanda- y a la EAFI Dracon Partners.

La reacción del autodefinido como socialdemócrata fue feroz. “Monos con metralleta” llamó a los policías y a los periodistas (de este periódico, por cierto) que investigan, y “presidenta política” tituló a Elvira (“lo único que le interesa es salvaguardar su buen nombre y el de su partido”).

Que a la presidenta Rodríguez la puso ahí el Partido Popular es algo tan obvio como tabulable, pero a Conthe lo puso el gobierno de Rodríguez Zapatero y, por lo tanto, en ese caso estarían empatados.

Conocí a don Manuel en uno de los muchos programas televisivos de debate político cuando se presentó para defender el programa económico de Ciudadanos y a las órdenes de Luis Garicano. Por sus posiciones, me pareció que Conthe -partidario de subir impuestos, entre otras cuestiones- no tenía mucho recorrido en la disciplina de Albert Rivera al que interesaba la experiencia política de su nuevo afiliado.

En efecto. Poco tiempo después puso tierra de por medio ante las diferencias insalvables en materia fiscal con su jefe de filas, es decir, Garicano. Después de avalar con su presencia el programa económico de numerosas ocasiones hizo mutis por el foro. Ahora dice mantenerse como “consejero independiente” de Rivera, pero todo el mundo sabe que lo que no puede ser no puede ser y además es imposible.

Carlos Cuesta, que ha tenido mucho trato profesional con el otrora militante socialista en su etapa de Expansión y El Mundo, me dijo aquella noche que el recorrido de Conthe en Ciudadanos iba a ser tan corto como las patas de una tortuga.