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Cayetana&Irene, amigas, las masas os saludan
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Graciano Palomo

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Cayetana&Irene, amigas, las masas os saludan

Son dos mujeres relativamente jóvenes. Las que venían a enseñarnos que el milagro de la Transición tuvo muchos fallos, entre ellos, la credibilidad personal de sus dirigentes

Foto: Cayetana Álvarez de Toledo. (EFE)
Cayetana Álvarez de Toledo. (EFE)

He visto muchos ejercicios de gran obscenidad en la vida política española a lo largo de mi ya dilatada carrera como periodista y observador de la realidad nacional. Pero no me acostumbro a ello.

Cayetana Álvarez de Toledo tiene todo el derecho del mundo a opinar o escribir lo que le venga en gana, incluso invocando su amistad con la holandesa Reina Zorreguieta o su entrada en los enmoquetados y tuertos salones de la pijería europea. Pero a lo que no tiene ningún derecho, máxime cuando lleva muchos años abrevando del pesebre público, es a intentar engañar al respetable.

¡He visto a las masas preocupadas y temblando ante su alegato antiRajoy! ¡No se habla de otra cosa en las mercerías (que tanto le preocupan), en las fábricas de Martorell, en los surcos de la Ribera del Duero, en los despachos de los grandes 'brokers' financieros! ¡Cayetana dixit! Se abren los infiernos.

Es un hecho cierto que el jefe de filas del Partido Popular, Mariano Rajoy, está muy desgastado y que se presenta a las elecciones no en las mejores condiciones y se podría discutir si el gallego es la mejor opción para concurrir a las elecciones del 20-D por y en representación del centro derecha. ¡Claro que se puede hablar y discutir sobre ello! Pero no intentar dar gato por liebre en el debate ni mezclar intereses personales en un asunto de la máxima importancia para el pueblo llano y su futuro, que tanto preocupa a la “liberal” Álvarez de Toledo. Porque podría recordar aquí por qué llegó a la planta noble de Génova 13 como jefa de Gabinete del secretario general Acebes y por mediación de quiénes… cuando Rajoy ya era el jefe de la cosa. ¿Hablamos de ello? O también, si lo prefiere, de las mamandurrias familiares en la Comunidad de Madrid. Lo que la rubicunda y atrevida Cayetana quiere es que vuelva José María Aznar -por algo la acogió en FAES, fundación que pertenece al PP, por cierto- y de paso asegurarse su poltrona, algo que sabe iba a desaparecer en breve si continúa el tándem Rajoy/Cospedal.

¡Las conspiraciones de salón nunca tuvieron éxito en España! Máxime, si el plumero es tan evidente. Seguramente, el PP perderá las elecciones legislativas porque millones de votos se irán a otras opciones o se quedarán en su casa tras leer el alegato cayetanesco...

¡Hace falta tener rostro!

Irene Lozano, tras sus muchas declaraciones de amor a UPyD y durante años personalmente a Rosa Díez, se ha ido al PSOE en busca de condumio calentito y seguro.

Son dos mujeres relativamente jóvenes. Las que venían a enseñarnos que el milagro de la Transición tuvo muchos fallos, entre ellos, la credibilidad personal de sus dirigentes.

¡Manda güevos!

He visto muchos ejercicios de gran obscenidad en la vida política española a lo largo de mi ya dilatada carrera como periodista y observador de la realidad nacional. Pero no me acostumbro a ello.

Cayetana Álvarez de Toledo Irene Lozano Rosa Díez