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Las bombas a las que Bárcenas todavía no ha puesto la espoleta
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Graciano Palomo

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Las bombas a las que Bárcenas todavía no ha puesto la espoleta

El extesorero mantiene un silencio sospechoso respecto a otros dirigentes 'populares', por ejemplo, respecto a donaciones electorales presuntamente realizadas para la campaña de 1993

Foto: Luis Bárcenas, ante la Audiencia Nacional. (EFE)
Luis Bárcenas, ante la Audiencia Nacional. (EFE)

El último episodio de corrupción a gran escala protagonizada, al parecer durante años, por desalmados que aprovecharon el poder que los militantes y votantes del PP en Valencia pusieron en sus manos, viene a demostrar por qué el pueblo español –especialmente esos votantes– han dejado al todavía partido del gobierno (en funciones) a la intemperie.

Suma y sigue. Una bandada de gaviotas corruptas ha puesto al partido que fundara Manuel Fraga en una clarísima situación de catarsis y de refundación que tiene que llevarse a cabo en la inminente oposición.

Esa gran cantidad de casos, gravísimos e intolerables, no es ni puede ser ninguna excusa ante los también escandalosos EREo en general la corrupción andaluza generalizada.

Resulta tan vomitivo escuchar a Rus y a sus cuates contar el dinero como comprobar en las investigaciones policiales todo lo referido a las presuntas corrupciones de los exministros de José María Aznar –Rato y Matas- y su íntimo amigo Miguel Blesa, cuyos 'emails' en los que hablaban de dinero y transacciones no pueden ser elevados a una clase de ética.

Pues bien, como todos ellos y algunos más han sido claves en que la izquierda esté a punto de alcanzar el poder de la nación, ya va siendo hora de que conozcamos toda la podredumbre de aquellos y estos años. Para sanar al enfermo (PP) es preciso meter el bisturí hasta los tuétanos aunque haya que ponerse mascarilla y guantes impenetrables.

Un periodista de la máxima solvencia profesional y toda la credibilidad amasada durante muchos lustros ha tenido y tiene acceso a Luis Bárcenas y a su mujer Rosalía Iglesias Villar. Este colega me cuenta que el ex esorero le ha hablado en privado de cosas y sucedidos que todavía no ha contado a un juez. Incomprensiblemente, porque se ha llevado por delante –o eso parece– a Rajoy, pero mantiene un silencio sospechoso respecto a otros dirigentes 'populares', por ejemplo, respecto a donaciones electorales presuntamente realizadas para la campaña de 1993 y que desaparecieron sin rastro.

¿Quién diseñó, autorizó y puso en marcha los sobres? ¿Quiénes eran los agraciados, qué representaban en el poder 'popular' de entonces, cuáles fueron las cantidades presuntamente percibidas y en concepto de qué?

Bárcenas da nombres en privado. ¿No es hora ya de hacerlos públicos? Ya ha comprobado que esas bombas sin espoleta no le van a servir de nada cuando se siente ante la Sala de lo Penal, que le devolverá a prisión.

Luego, como dijo el propio Aznar ante un gran cónclave del PP, que cada palo aguante su vela.

El último episodio de corrupción a gran escala protagonizada, al parecer durante años, por desalmados que aprovecharon el poder que los militantes y votantes del PP en Valencia pusieron en sus manos, viene a demostrar por qué el pueblo español –especialmente esos votantes– han dejado al todavía partido del gobierno (en funciones) a la intemperie.

Luis Bárcenas Valencia